Dossier (a 1 de junio del 2000).

Ante la XIII Conferencia Internacional de SIDA en Durban (Sudáfrica).
¿Acabará África con el SIDA?.

En los medios de comunicación se suele presentar a África, sobre todo su parte subsahariana, como la zona del mundo más castigada por el SIDA. Aunque sin explicar cómo se obtienen los datos, se afirma que cada año mueren de SIDA más de dos millones de africanos (2,6 millones en 1999), y que casi 24 millones están infectados por el VIH, concentrando así el 70 % de todas las infecciones por VIH del mundo. Y se pronostica que la epidemia irá a más, que en diez años muchas naciones negras habrán perdido una cuarta parte de su población, y que para el 2020 su esperanza de vida habrá descendido por debajo de los 38 años. Para resumir, se usa la expresión «El SIDA amenaza acabar con África».

Centers Disease Control (CDC).Ante este cuadro, precisamente del extremo Sur de África, de la República Sudafricana, ha surgido una iniciativa que ha sorprendido a los centros mundiales del SIDA (CDC de Atlanta, ONUSIDA, OMS) que son quienes precisamente proporcionan los datos con los que se ha configurado la imagen antes resumida. Y también ha sorprendido a los especialistas, organismos y asociaciones de cada país.

El sucesor de Nelson Mandela en la presidencia de Suráfrica, Thabo Mbeki, está impulsando, con el respaldo del propio Mandela, de manera muy concreta un DEBATE SIDA, cuya primera etapa tuvo lugar en Pretoria los días 6 y 7 de mayo.

Por un lado están defensores de las explicaciones generalmente dadas por ciertas y difundidas por la inmensa mayoría de medios de comunicación, y que se resumen en la columna POSICIONES OFICIALES. Por el otro, defensores de una o varias de las explicaciones distintas, sintetizadas en la columna POSICIONES DISIDENTES O CRÍTICAS, y cuyas argumentaciones casi nunca son recogidas por los media.
 

POSICIONES OFICIALES POSICIONES DISIDENTES O CRÍTICAS
  • en 1981 irrumpe una epidemia de una nueva enfermedad llamada SIDA.
  • en 1984 se determina que la causa es el virus VIH.
  • desde 1985, unos tests plenamente fiables indican de manera segura si se está o no infectado por VIH, pues son específicos y cualitativos (test sí-no).
  • el VIH se transmite sexualmente, de madre a hijo, y por sangre (jeringuilla, transfusiones, hemoderivados).
  • los linfocitos T4 son las defensas.
  • la técnica PCR mide la carga viral.
  • el recuento de T4 y la carga viral son indicadores de la evolución de la persona infectada.
  • los tratamientos administrados alargan la vida de las personas infectadas y/o enfermas.
  • en particular, desde 1996 los cócteles han convertido el SIDA en una enfermedades crónica.
  • la epidemia en Occidente ha sido detenida gracias a las campañas de prevención y a los cócteles.
  • en África y otras partes del tercer Mundo la epidemia sigue creciendo.
  • el SIDA no tiene entidad biológicopatológica propia sino que es el nuevo nombre dado a una serie de enfermedades antiguas, a estrés crónico y a pruebas de laboratorio mal interpretadas.
  • los «casos de SIDA» pueden curarse sobre la base de tratar los estrés oxidativo y nitrosativo.
  • lo llamado SIDA no puede tener causa viral.
  • nadie ha aislado ni caracterizado el «VIH».
  • los 'tests del VIH' nunca han sido validados, y son inespecíficos y cuantitativos (test más-menos).
  • los linfocitos T4 no son las defensas.
  • según explica su propio inventor, el Dr. Mullis, la técnica PCR no sirve para medir carga viral alguna (y menos de un virus nunca aislado).
  • los tratamientos administrados son oxidativos y mortales a medio plazo, y los cócteles sólo pueden beneficiar transitoriamente a enfermos graves.
  • en Occidente, los «casos de SIDA» bajaron antes de aplicar los cócteles, y las «infecciones por VIH», antes de la primera campaña de prevención.
  • no hay y nunca ha habido una epidemia de SIDA, ni en Occidente ni en África ni en parte alguna.

El presidente Mbeki pretende unir los esfuerzos y propuestas de unos y otros a fin de poder aplicar medidas eficaces que estén a la altura de la situación a que se enfrenta. Para muchas personas afectadas y para numerosos científicos, médicos, asociaciones, organismos, instituciones, etc., la iniciativa de Mbeki es una fuente de esperanza y de energía. La fuerza que está generando puede acabar con el SIDA. Y sería una buena lección que fuese precisamente África quien acabase con el SIDA a partir de esta iniciativa lanzada desde Sudáfrica por el presidente Mbeki... ROMPER EL SILENCIO.

BREAK THE SILENCE es el lema bajo el que está programada del 9 al 14 de julio la XIII Conferencia Internacional de SIDA en la ciudad portuaria de Durban, en Sudáfrica.

La preparación de esta Conferencia se está efectuando en un ambiente totalmente distinto al de las doce anteriores. Aunque los medios de comunicación en español se han hecho poco eco de ello, los de habla inglesa sí muestran la diferencia. La novedad consiste en que el Presidente de la República Sudafricana, Thabo Mbeki, se ha implicado personalmente en la investigación del problema SIDA y está impulsando un debate entre diferentes explicaciones del mismo. Gracias a ello, millones de personas se enteran por primera vez de que hay versiones del fenómeno SIDA muy distintas de la única (VIH=SIDA) que han recibido desde 1981-84. Y algunas voces críticas, disidentes y analíticas del SIDA, empiezan a ser oídas por primera vez. Se está rompiendo el silencio que les ha rodeado durante casi dos décadas, aunque probablemente no fuese en la ruptura de este silencio en lo que pensaban quienes decidieron adoptar el antes mencionado lema...

CRONOLOGÍA DE LA INICIATIVA DE MBEKI... Y ALGUNOS ECOS.

DECLARACIONES DE MBEKI POR TV EMITIDAS A 40 PAÍSES AFRICANOS (extractos).

«Lo que digo es porqué no traer todos los puntos de vista. Puede ser muy bien que (los oficialistas) tengan razón, pero pienso que si tienen razón y si están convencidos de que tienen razón, sería una buena cosa demostrar que están equivocados a aquellos que están equivocados. (...) No me imagino que Jefes de Estado puedan ser capaces de decir que, puesto que no soy economista, no puedo tomar decisiones en materia de economía; puesto que no soy militar, no puedo tomar decisiones en materia de defensa; puesto que no soy profesor, no puedo tomar decisiones en materia de educación. No veo porqué en particular la salud debería ser tratada como una cosa de especialistas y que el Presidente de un país no pudiese tomar decisiones referentes a salud. Considero que sería una dejación de deberes si lo que se refiere a cuestiones que afectan a la salud lo dejásemos en manos de médicos y de científicos. (...) Estamos muy contentos de ver que la India se está interesando en este tema (...)».

ACUERDOS DEL PANEL. DECLARACIÓN DE LA MINORÍA CRÍTICA CON RECOMENDACIONES AL GOBIERNO DE SUDÁFRICA.

Dado que las definiciones de SIDA son diferentes en Occidente y en África, y que han cambiado con el tiempo, en muchos casos un africano diagnosticado como SIDA no sería considerado como tal en EE.UU., Europa ni Australia, y dada la cuestión clave de si los africanos clínicamente diagnosticados como SIDA son de hecho VIH-positivos, formulamos lo siguiente:

  1. El SIDA no es contagioso, aunque muchas de las manifestaciones oportunistas lo sean,
  2. El SIDA no es transmitido sexualmente,
  3. El SIDA no está causado por el VIH,
  4. Los medicamentos anti-VIH, cuya toxicidad está admitida, matan a las personas,
  5. Los efectos tóxicos inducidos por dichos medicamentos causan condiciones definitorias de SIDA que no pueden ser distinguidas del SIDA.
Estas consideraciones conducen a las siguientes recomendaciones para el enfoque del tratamiento y de la prevención del SIDA en Sudáfrica y en otros países africanos:
  1. Dedicar la mayoría de los recursos biomédicos y otros, nacionales e internacionales, a la erradicación y tratamiento de las enfermedades definitorias de SIDA predominantes en Sudáfrica, tales como tuberculosis, malaria e infecciones entéricas, a la mejora de la alimentación, a proporcionar unas condiciones de salubridad mejores y a agua potable.
  2. Rechazar completamente el empleo de medicamentos anti-VIH. Inevitablemente estos medicamentos requieren cantidades importantes de otros medicamentos compensatorios, y lo que se proclama es que, en el mejor de los casos, sólo producen beneficios transitorios en pacientes gravemente enfermos.
  3. Promover educación sexual basada en el hecho de que hay muchas enfermedades de transmisión sexual y de que se pueden evitar muchos embarazos no deseados.
  4. Suspender la difusión del mensaje falso y psicológicamente destructivo según el cual la infección por VIH es invariablemente mortal.
  5. Suspender los tests del VIH hasta que se pruebe su relevancia especialmente en el contexto africano, dada la evidencia de resultados falso-positivos en una zona tropical, y dado el hecho de que la mayoría de los supuestos y predicciones sobre el SIDA en África se basa en tests del VIH.
FIRMADO: H. Bialy, E. de Harven, P. Duesberg, C. Fiala, R. Giraldo, A. Herxheimer, K. Koehlein, R. Kothari, S. Mhlongo y D. Rasnick.
(NOTA: La mayoría no consideró necesario hacer declaración alguna). ¿QUIÉN ES THABO MBEKI?.

John Carlin escribe en El País (20-abril): «Thabo Mbeki es un líder africano de corte inglés. Hizo la maestría en economía en la Universidad de Sussex, fuma en pipa, viste americana de tweed y basa su política de gobierno en el modelo de Tony Blair. Es un presidente centrista que ha dedicado la mayor parte de su vida a la lucha por la liberación de los negros de su país, pero que ha ganado la confianza y la admiración de los hombres de negocios blancos». Continua: «No es ningún Robert Mugabe. No es ni como el presidente de Zimbawe ni como ninguno de aquellos dictadores de caricatura que se han visto en las últimas décadas en África y América». Y añade: «Pero cuando llega la hora de tratar el sida, el problema más apremiante de Suráfrica, pierde el guión. De repente se transforma, se convierte en lo que no es: en uno de esos líderes obsesivos, irracionales, que surgen de vez en cuando en el Tercer Mundo».

Mbeki nació en junio de 1942. Sus padres eran ambos maestros, lo que hizo que desde muy pequeño leyese a mujeres analfabetas las cartas que sus esposos les enviaban desde las minas de carbón, oro y diamantes a las que habían tenido que ir a trabajar. Cuando estos mineros empezaron a morir tosiendo sangre, el pequeño Thabo acabó aprendiendo que morían no de los golpes dados en sus pechos por los pájaros-asesinos de las brujas, sino de la ptisis provocada por el polvo de las minas.

Sus padres también eran militantes del ANC (African National Congress), el partido fundado en 1912 para combatir el apartheid. Thabo Mbeki fue enviado a estudiar al extranjero en parte para evitar su posible detención, en la medida en que su padre, Govan Mbeki, se había convertido en una figura central del movimiento antiapartheid. Es significativo que Thabo, durante sus estudios de economía en Sussex, tuviese constantemente presente «la idea de que los estudiantes tenían que aprender lo bastante como para ser capaces de discernir si lo estudiado era verdaderamente conocimiento».

Thabo Mbeki dirigió la delegación del ANC que negoció la liberación de Mandela y otros presos políticos, y posteriormente el fin pacífico del apartheid, sin que hubiese el tan pronosticado baño de sangre. Fue el propio Mandela quien propuso a Mbeki para sustituirlo como presidente del país.

Esta probada capacidad negociadora la puso de manifiesto en la apertura del panel. Leyó los siguientes versos de un poeta irlandés: «Puesto que los sabios no han hablado, / hablo yo / pero yo tan solo soy un tonto./ He despilfarrado años espléndidos / intentando cosas imposibles. / ¿Era necedad o bendición?». Dijo que, en su empeño en impulsar una reevaluación del SIDA, a veces temía haberse vuelto tonto. «Porque cuando eminentes científicos afirman que dices tonterías, es difícil no pensar que efectivamente eres un tonto». Y concluyó: «Pero ya no estoy tan seguro de ello, dado que personas tan eminentes han respondido a la invitación de un tonto a asistir a esta importante reunión».

MBEKI APLICA LA «INDABA» TRADICIONAL.

Los defensores de la versión dominante VIH=SIDA dicen por pasiva y por activa que Mbeki invita a los disidentes porque ha hecho suyas las posiciones que estos mantienen. Philip Christianson, antiguo asesor de los subcomités para África tanto del Congreso como del Senado de los USA, explica en The Washington Times (30-mayo) que quienes así piensan se equivocan porque leen en la conducta de Mbeki mensajes no dichos que serían propios de un político occidental. Pero «Mbeki es sudafricano, y su acción debe ser interpretada en el contexto de sus propias tradiciones cultural y política». «La piedra angular de la sociedad negra sudafricana es la 'indaba'. Siempre que una familia, comunidad o nación se confronta con una seria amenaza interior o exterior, convocan una reunión de todas las partes de la controversia para que realicen una prolongada discusión a fin de encontrar un consenso. Mucho antes de que llegasen los primeros europeos, los sudafricanos negros habían creado una sociedad en la que las libertades de pensamiento y de expresión eran derechos humanos establecidos. Es más, el 'ubuntu' -una tradición sudafricana profundamente enraizada según la cual todos los seres humanos tienen el derecho a ser tratados con compasión, respeto y dignidad- requiere que los puntos de vista de todos y cada uno sean tratados con respeto y dignidad en la 'indaba'». «Enfrentados a la crisis VIH/SIDA que amenaza los sueños que tienen para su país, Mbeki y su gente están simplemente manteniendo la 'indaba' que sus tradiciones requieren para alcanzar un consenso sobre qué hacer. Mbeki nunca ha dicho que personalmente él crea que la condición VIH no lleva al SIDA o que no sea transmitida por contacto sexual. Insiste sólo en acordar a los planteamientos disidentes el antiguo derecho a hablar y a ser respetuosamente escuchados».

Esta motivación profunda es la que permite a Sam Mhlongo, jefe del Departamento de Medicina Familiar de la Medical University de Sudáfrica; declarar: «No hay forma de que este presidente ceda ante los ataques que recibe porque está convencido, como lo estaba en la lucha contra el apartheid, de que es necesario que este debate tenga lugar».

¿EPIDEMIA DE SIDA EN ÁFRICA?.

World Health Organization (WHO).El «Weekly Epidemiological Repport» (WER) («Informe Epidemiológico Semanal») de la OMS publica el 26 de noviembre de 1999 que el número total de casos de SIDA acumulados desde 1982 para todos los países de África es de 794.444.

Y ello para 650 millones de personas en 17 años. O sea, menos del 0,13 por ciento.

¿Cómo puede estar apareciendo en los medios de comunicación que hay no ya una epidemia sino una pandemia de SIDA en África, y que cada año mueren de SIDA dos millones o más de africanos?.

¿CÓMO SE IMPLICÓ MBEKI EN EL SIDA?.

Así lo explica Celia Farber, periodista norteamericana que lleva 14 años escribiendo críticamente sobre el SIDA y que estuvo cubriendo, desde fuera, el panel de Pretoria:

Anita Allen.La historia real no tiene nada que ver con Internet. Empezó con una periodista sudafricana especializada en cuestiones de medicina llamada Ann Allen quien, tras haber leído el libro Dancing Naked in the Mind Field, escrito por el Dr. Kary Mullis (premio Nobel de Química del año 1993 por su invención de la técnica PCR, y uno de los disidentes más conocidos), inició su propio periplo por la crítica disidente, y comenzó a telefonear a los científicos y responsables de sanidad encargados del SIDA para alertarlos. Durante muchas semanas recibió educadas negativas, así como aseveraciones de que la comunidad científica de Sudáfrica estaba totalmente segura de que el VIH era la causa del SIDA pero, en cualquier caso, «gracias por su llamada». Finalmente, Ann apeló al propio Presidente por medio de una carta y un dossier de 100 páginas.

Tres meses más tarde ocurrió una cosa sorprendente. «Era casi medianoche», recuerda Allen, «cuando el fax empezó a funcionar. ¿Quién demonios puede estar enviándome un fax a estas horas?». Lo que llegó a través del aparato fue una carta manuscrita de Mbeki diciéndole que había leído su carta manifestándole su preocupación por el tema VIH/SIDA, y que deseaba encontrarse con ella por la mañana para discutirla.

Allen se reunió con Mbeki durante una hora. Llevó consigo un dossier de artículos científicos para que los leyera. «Me dijo: '¿Qué es exactamente lo que desea que haga?'. Y le sugerí organizar un panel. Dijo: 'Voy a ser descuartizado, ¿lo sabe?'». «¿Qué otro dirigente en el mundo podría hablar de esta manera con un ciudadano ordinario?», se maravilla Allen. Pero fue invitada a presentar una propuesta de a quién invitar al panel y de cómo estructurarlo...

¿CUÁL ES «EL MEJOR TRATAMIENTO QUE LA CIENCIA MODERNA PUEDE OFRECER»?.

Cuando los redactores de la «Carta Abierta al Presidente de Sudáfrica» que la revista Nature publicó el 27 de abril escriben que «el SIDA no será derrotado o detenido sin el acceso al mejor tratamiento que la ciencia moderna puede ofrecer», con toda seguridad se refieren al AZT para las seropositivas embarazadas y a los cócteles para el resto, que es lo que se administra en los hospitales occidentales.

Pero, por un lado, en febrero de este año la prensa española publicó que los cócteles fracasan en más del 50% de los casos, la misma información que la prensa norteamericana ya dio en setiembre de 1997. O sea que ni oficialmente se considera que los cócteles sean mejor tratamiento que los ningún-coctel. Y se confirmaría que estos tratamientos en realidad son perjudiciales si se hiciesen verdaderos ensayos placebo, es decir, si se comparase cualquiera de los antivirales que se aplican con un producto inocuo -placebo-. Pero sólo en el cuadro del SIDA se llama 'ensayo placebo' a la comparación no con un auténtico placebo sino con otro u otros antivirales, con lo que siempre la comparación se hace entre medicamentos muy tóxicos. Estos son los procedimientos establecidos... por los propios especialistas oficiales del SIDA.

Y, por otro lado, el tratamiento con cócteles desconoce cuestiones claves de la ciencia moderna. Entre otras, que: la transcripción inversa es un proceso reparador que tiene lugar en toda actividad celular normal; el estrés persistente desestabiliza la inmunidad, disminuyendo la inmunidad celular y activando la humoral; los linfocitos T4 se subdividen en los Th1 y los Th2, y que estos últimos prácticamente no se encuentran en sangre, por lo que no aparecen en los célebres recuentos de T4; los T4 tienen un ritmo circadiano, por lo que por la noche hay muchos más que por la mañana; además, en situación de estrés, los T4 se retiran de la sangre; la PCR sólo puede multiplicar trozos de ADN con pocos cientos de letras genéticas; los medicamentos de síntesis química son oxidantes, por lo que aumentan el estrés oxidativo; los antivirales y los antibióticos atacan a las mitocondrias encargadas de producir la molécula energética básica, ATP; las recientes investigaciones sobre el gas óxido nítrico, NO, en las células humanas, y el estrés nitrosativo que produce el exceso de NO y poppers, antibióticos, analgésicos, conservantes,...; los inhibidores de proteasa artificiales no son eliminables por el cuerpo, y el constante aumento de su concentración al ir tomando más pastillas hace que actúen bloqueando el funcionamiento celular y orgánico; el AZT es fosforilizado en una parte tan pequeña que, incluso aceptando las hipótesis oficiales, su uso es inútil (en realidad, es contraproducente, como desde 1994 está demostrado por el informe Concorde y su prolongación); etc.

Luc Montagnier.Los mejores tratamientos que la ciencia moderna puede ofrecer son los basados en prevenir y tratar el estrés oxidativo y el estrés nitrosativo. La primera parte es reconocida incluso por los propios Drs. Montagnier y Gallo, que recomiendan dar antioxidantes... aunque persisten en que se administren los supuestos antivirales y los supuestos preventivos, todos ellos oxidantes, entre otras propiedades perjudiciales.

Barcelona, 1 de junio del 2000.
Lluís Botinas.Lluís Botinas.

Coordinador Ejecutivo de Plural 21, Asociación para el cuidado de la vida en un planeta vivo.

BIBLIOGRAFÍA SUCINTA:

Una adaptación de este artículo fue publicada en la revista «Discovery DSalud», número 18, julio del 2000.

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