Cambio 16. Número 689. 11-18 de febrero de 1985.

Gaston Vettorazzi, alto cargo de la OMS.
No hay datos para asegurar que el aceite de colza provocó el síndrome tóxico.

World Health Organization (WHO).El doctor Gaston Vettorazzi, cuarenta y seis años, máximo responsable del departamento de pesticidas de la Organización Mundial de la Salud (OMS), considera que la investigación oficial sobre el síndrome tóxico llevada a cabo en España en los tres últimos años no ofrece suficientes garantías para asegurar que el origen de la epidemia fuera el aceite de colza adulterado.

«Yo, personalmente -asegura Vettorazzi a Cambio 16 en una entrevista en exclusiva celebrada en su despacho oficial de la sede central de la OMS en Ginebra-, considero imposible que las anilidas puedan provocar una epidemia semejante».

Gaston Vettorazzi, un italiano nacido en Milán, miembro de las Sociedades Americana y Europea de Toxicología, de la Academia de Ciencias de Nueva York, del Instituto de Toxicología y Alimentación y de la Academia Internacional de Seguridad y Medio Ambiente, entre otros, afirma que la Organización Mundial de la Salud no respalda oficialmente las investigaciones realizadas en España sobre el síndrome tóxico.

«Las publicaciones que sobre esta materia han aparecido con el supuesto patrocinio de la Oficina Regional para Europa de la OMS -agrega- no hay que tomarlas demasiado en serio. Son opiniones personales de sus autores».

Gaston Vettorazzi, considerado uno de los mayores expertos mundiales en pesticidas y en toxicología, reveló a Cambio 16 que la epidemia ocurrida en España en 1981 y atribuida al aceite de colza desnaturalizado muy bien podría ser de carácter neurotóxico. «A mí nadie me quita la idea -reveló-, de acuerdo con los datos de que dispongo, que la epidemia estuvo provocada por un agente neurotóxico».

Gaston Vettorazzi.
Gaston Vettorazzi.

Cambio 16. ¿Respalda la Organización Mundial de la Salud la teoría oficial sobre el aceite de colza adulterado como causa del síndrome?.

Gaston Vettorazzi. La Organización Mundial de la Salud como tal no se ha definido oficialmente sobre el síndrome ocurrido en España. Para que la Organización respaldara la teoría oficial sería preciso que tuviera la aprobación de la Asamblea Mundial, que se celebra todos los años en la sede central de Ginebra. Y eso, hasta la fecha, no ha sucedido.

Cambio 16. ¿Entonces, cómo hay que interpretar los trabajos publicados sobre la epidemia bajo el patrocinio de la Oficina Regional de la OMS para Europa de Copenhague?.

Gaston Vettorazzi. Esos trabajos sólo representan la opinión de un grupo de expertos que fueron invitados por la OMS a discutir el problema. No hay que tomarlo muy a rajatabla. Yo, personalmente, me siento feliz de que mi nombre no figure en ese dossier publicado por nuestra oficina regional. Cuando inicié su estudio y encontré que en la página diez se decía que la búsqueda de agentes tóxicos en el aceite había resultado en gran parte vana, abandoné la lectura. Ese informe no tiene más valor que una charla cualquiera.

Cambio 16. ¿Qué opinión le merece que el título del libro publicado por Copenhague hable del «síndrome del aceite tóxico» cuando todavía no está determinada la causa de la epidemia?.

Gaston Vettorazzi. Me parece otro error. Cuando un síndrome está todavía en el campo hipotético, no debería incluirse en la denominación el posible agente etiológjco. Después de haber leído el «rapport» de Copenhague considero que las investigaciones se hallan todavía en el campo de la hipótesis. Las evidencias que contienen los trabajos publicados no permiten aún formular una teoría sobre el síndrome. Incluso el término «síndrome del aceite tóxico» no sólo prejuzga que el aceite sea la causa, sino que ha sido «tóxico» y no infeccioso o de otro tipo.

Cambio 16. ¿Cómo debería entonces haberse llamado el síndrome?.

Gaston Vettorazzi. Lo normal hubiera sido denominar el nuevo síndrome con el nombre del lugar donde se produjo o de la persona que lo describió por primera vez ampliamente. Siguiendo la tradición científica, esta epidemia habría que llamarla «sindrome español». Los investigadores españoles debieron llamarla «síndrome del aceite tóxico» debido a la presunta evidencia epidemiológica que asociaba el aceite a la enfermedad. Pero, en mi opinión, esos trabajos carecen de rigor científico.

Nemacur.Cambio 16. ¿Por qué la OMS ha convocado una reunión de expertos en septiembre de este año para reevaluar el Nemacur, el nematicida que ha sido relacionado con el síndrome?.

Gaston Vettorazzi. La decisión se tomó cuando supimos que la hipótesis alternativa asociaba la epidemia al pesticida. Existen datos objetivos que justifican que este producto sea sometido a reevaluación. Este compuesto fue examinado por el comité conjunto FAO-OMS de residuos de pesticidas en 1974 y se establecieron las coordenadas fundamentales para su aplicación.

Cambio 16. ¿Significa esto que abrigan sospechas sobre el compuesto organofosforado?.

Gaston Vettorazzi. De momento, lo único que se puede decir es que existen datos objetivos que justifican que este producto sea sometido a reevaluación. Cuando el comité de expertos realiza una evaluación toxicológica no proclama verdades. Nosotros no somos metafisicos, somos científicos. Una decisión tomada en unas determinadas circunstancias puede cambiarse mañana en vista de nuevos elementos. La dinámica de nuestro grupo es evaluar, pero también reevaluar cada vez que existen datos serios y objetivos que puedan influir sobre lo hecho anteriormente.

Cambio 16. ¿Ha habido alguna reacción del Gobierno español ante la postura de investigar nuevamente las posibilidades toxicológicas del pesticida?.

Gaston Vettorazzi. Aunque en un principio la decisión de reevaluación del producto fue tomada unilateralmente por la OMS, posteriormente las autoridades españolas respaldaron la medida. A primeros del pasado enero nos encontramos con la feliz noticia de que la Dirección General de la Salud Pública de España nos pedía también una nueva evaluación del compuesto. Me parece que esta intervención del Gobierno español es tremendamente positiva.

Cambio 16. ¿En la evaluación de 1974 se observó alguna característica especial en el comportamiento del Nemacur?.

Gaston Vettorazzi. Hubo un aspecto que nos llamó poderosamente la atención. En la documentación científica aportada para la evaluación se demostraba que cuanto menos evolucionado era el animal sobre el que actuaba mayor era su capacidad letal. Esto puede constituir un avispero. Afortunada o desafortunadamente, el ochenta por ciento de las evaluaciones toxicológicas de este tipo de productos está realizada experimentalmente en los animales de laboratorio y no se pueden ensayar en voluntarios humanos. Esta laguna hace que el campo de posibilidades esté completamente abierto.

Cambio 16. ¿Conoce usted las investigaciones del catedrático Luis Frontela Carreras?.

Gaston Vettorazzi. No he estudiado sus trabajos. Sólo tengo conocimiento de las investigaciones llevadas a cabo por su grupo de expertos a través del relato personal que el doctor Frontela me hizo recientemente. Parece que se trata del caso de un científico que desarrolló actividades y obtuvo resultados. La impresión que me ha producido Frontela es la de una persona muy cabal, que sabe muy bien lo que se dice desde el punto de vista científico.

Cambio 16. ¿Cuál es su valoración como experto de la teoría del aceite y de la que relaciona a pesticidas con el síndrome?.

Gaston Vettorazzi. La fuerza de la hipótesis del aceite está en la epidemiología, y su talón de Aquiles radica en la imposibilidad de haber reproducido el síndrome en animales. En lo que estoy de acuerdo con el forense de Sevilla es que investigar el agente causante de la enfermedad es un trabajo de detective. ¡Cómo es posible que después de tres años y medio, cuando ha llegado el hombre a la Luna y se acaba de descubrir la causa del SIDA, aún no se sepa qué provocó el síndrome español!. O alguien no quiere colaborar o no saben.

Cambio 16. ¿Qué opinión le merece la sintomatología observada en los afectados por el síndrome?.

Gaston Vettorazzi. Personalmente, nunca he visto enfermos del síndrome. Pero de las observaciones realizadas sobre testimonios gráficos a mi nadie me quita la idea de que el síndrome no sea neurotóxico. Eso yo no lo voy a discutir.

Cambio 16. Finalmente, ¿cree que las anilinas o anilidas pueden provocar este tipo de enfermedad, como insinúa la tesis oficial del aceite?.

Gaston Vettorazzi. ¡Ni hablar!.

Rafael Cid.

La OMS investiga el Nemacur.
El comité conjunto de valoración toxicológica OMS-FAO va a investigar nuevamente el Nemacur.

Bayer.La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha abierto una investigación oficial sobre el Nemacur, un pesticida comercializado por la multinacional alemana Bayer y relacionado por dos médicos españoles, los doctores Antonio Muro y Luis Frontela, como posible origen del síndrome tóxico, que desde mayo de 1981 ha producido 357 muertos y cerca de 24.000 enfermos.

Según los datos en poder de Cambio 16, a finales de noviembre pasado, 1a oficina central de la OMS, con sede en Ginebra, decidió convocar una reunión conjunta de los comités de toxicólogos de la FAO y la OMS para reinvestigar el Nemacur y evaluar si presenta propiedades neurotóxicas. Esta insólita decisión del alto organismo internacional, que durante dos largos meses se ha mantenido en el más estricto secreto, se producía días después de conocerse las investigaciones del catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Sevilla, Luis Frontela Carreras, vinculando al producto de la Bayer con la epidemia desencadenada en España en el verano de 1981.

El forense de Sevilla, según contó Cambio 16 en aquellas fechas, tras dos años de trabajo de laboratorio con un equipo de investigadores, logró, suministrando pimientos tratados con Nemacur a varias cobayas, reproducir en los ratones semejantes lesiones a las originadas en los afectados por el llamado síndrome tóxico.

La hipótesis del doctor Frontela, en la línea de la encuesta epidemiológica del doctor Antonio Muro, contradecía la teoría de la comunidad científica oficial, que viene sosteniendo que la causa de la neumonía atípica, detectada en España en el verano de 1981, era una partida de aceite de colza desnaturalizado con anilinas y anilidas tóxicas.

Sin embargo, durante estos tres últimos años y medio, los investigadores del Plan Nacional para el Síndrome Tóxico no han tenido éxito al tratar de probar experimentalmente sus trabajos. En ningún momento, las cobayas alimentadas con el aceite de colza aparentemente tóxico reprodujeron la sintomatología y las lesiones encontradas en los enfermos por la neumonía atípica.

Estos hechos han debido llevar a la Organización Mundial de la Salud a tomar por primera vez oficialmente cartas en el asunto, convocando una «cumbre» de toxicólogos para examinar los trabajos del equipo del doctor Luis Frontela.

El interés de la Organización Mundial de la Salud en el asunto es tal que, incluso en carta fechada el 11 de diciembre pasado, invitaba al catedrático de Medicina Legal de la Universidad de Sevilla para que asistiera a la reunión y expusiera oficialmente sus investigaciones ante el comité conjunto de valoración toxicológica OMS-FAO.

Según ha sabido Cambio 16, la decisión de la Organización Mundial de la Salud de investigar el Nemacur en relación con la neumonía atípica ha llevado a la Dirección General de la Salud Pública a cursar oficialmente una petición en el mismo sentido al alto organismo internacional.

El Nemacur, un compuesto organofosforado, cuyo componente activo son los fenamifos, es un plagicida que se emplea en agricultura para combatir las enfermedades de las raíces de las plantas. Fue sintetizado por la empresa multinacional Bayer en 1963, en sus laboratorios experimentales de Kansas City, en Estados Unidos, y comercializado masivamente en España a partir de 1981.

La Organización Mundial de la Salud evaluó su toxicidad en 1974, basándose, sobre todo, en la literatura científica y en los resultados de los trabajos de laboratorio aportados por la Bayer.

El comité de expertos de la OMS que examinó el producto, según ha sabido Cambio 16, tuvo algunos problemas para llegar a una evaluación exacta del producto, dado que la materia activa del Nemacur -los fenamifos- eran hasta entonces un compuesto químico poco estudiado.

Durante sus evaluaciones, a los científicos del comité conjunto FAO-OMS les llamó profundamente la atención el comportamiento del Nemacur sobre los seres vivos. Este organofosforado, según ha podido saber Cambio 16, actuaba sobre la materia viviente de forma distinta a la mayoría de los pesticidas conocidos hasta entonces.

Mientras que para matar a un ratón se necesitaban tres partes por millón o su equivalente, 0,17 miligramos de tóxico por kilo de rata, en el perro, un animal más evolucionado y teóricamente con mayores defensas orgánicas, bastaba una parte por millón de fenamifos o su equivalente, 0,029 miligramos de tóxico por cada kilo de peso del animal, para provocar efectos letales.

Según el toxicólogo Gaston Vettorazzi, uno de los expertos de la OMS que evaluó el Nemacur, estos anormales parámetros de comportamiento del tóxico «pueden ser un auténtico avispero». Este dato, unido a la sospecha de otros investigadores de la OMS de que la fórmula podría encubrir un comportamiento neurotóxico -señalaron al enviado especial de Cambio 16 en la OMS, Ginebra-, hizo que la Organización Mundial de la Salud no recomendara la utilización del pesticida en tomates y productos hortícolas.

A pesar de que la primera evaluación del Nemacur por la OMS fue en 1974, estableciendo las normas de aplicación, la Bayer venia utilizando ya este producto en España desde 1972, según un informe escrito de la multinacional alemana hecho llegar a esta revista.

En nuestro país, además, el Nemacur se comercializa como un nematodo, que puede ser aplicado a un amplio abanico de vegetales, incluidos los tomates, el tabaco, los plátanos y los productos hortícolas. La encuesta epidemiológica del doctor Muro, realizada desde mayo de 1981, en que se detectó el síndrome tóxico, y que consta en el sumario de la colza, relacionaba el síndrome tóxico con una partida de tomates tratados fechas antes de la recolección con el nematicida de la Bayer.


Cambio 16. Página 45. 25 de febrero, 4 de marzo de 1985.

Vettorazzi puntualiza.

Yo no he estado nunca involucrado en la cooperación de la OMS con el Gobierno español en relación con el síndrome del aceite tóxico porque, constitucionalmente, la oficina regional para Europa es responsable de la cooperación de la OMS con todos los países europeos y tiene acceso a todo el peritaje necesario. Por tanto, yo no tenía la información necesaria para comentar fructíferamente sobre este importante asunto. Mi trabajo en la OMS es el de secretario de JMPR, que se ocupa de evaluar los riesgos sanitarios asociados con el uso de pesticidas agrícolas. Mis comentarios durante la entrevista de su corresponsal a mi oficina, en enero, fueron a raíz de sus preguntas sobre la toxicidad del Nemacur. Debo hacer hincapié en que no existen datos recogidos que indiquen que cualquier pesticida puede causar en el hombre síntomas similares a los observados en las víctimas españolas del envenenamiento.

Sin embargo, como le expliqué, hemos pedido a una institución española que nos facilite datos científicos para corroborar su tesis de que el Nemacur puede estar involucrado, lo cual se podría utilizar en cualquier evaluación futura de este pesticida.

La interpretación de mis comentarios en Cambio 16 ha provocado que el trabajo de un distinguido y dedicado grupo de consejeros científicos individuales haya sido menospreciado, y lo lamento mucho. El lenguaje emocional utilizado no debería tener nada que ver con el tratamiento científico de la cuestión, necesario para resolver este trágico episodio.

Por todo ello, solicito que los puntos de vista expresados en el artículo del número 689 de Cambio 16 sean refutados publicando esta declaración. He mandado esta declaración a la oficina regional para Europa de la OMS, quienes pueden querer distribuirlo a las otras partes involucradas.

Gaston Vettorazzi Unisonte.
(Ginebra).
Nota de la Redacción. El título de la entrevista con Gaston Vettorazzi («No hay datos para asegurar que el aceite de colza provocó el síndrome tóxico») no fue una expresión literal del entrevistado, por eso se utilizó sin entrecomillar. Por el contrario, el resto de las respuestas del prestigioso investigador, grabadas en cinta magnetofónica, son reproducción exacta de sus palabras en castellano. Además, Vettorazzi fue informado que se trataba de una entrevista para publicar; fue realizada en su despacho oficial de la Organización Mundial de la Salud, en Ginebra, y previamente el periodista solicitó permiso para hacer fotografías y grabar la conversación.

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