MARTIN
J. WALKER.
Los sílices orgánico y mineral aparecen de forma natural en el cuerpo humano y se encuentran en diversas cantidades en los vegetales naturales crudos, las plantas y los granos tales como el arroz, la cebada y la avena no refinados. Con la edad, especialmente si las personas dependen de una dieta a base de alimentos industriales o procesados como la harina blanca y la soja refinada1, o entre la gente de países desarrollados que prefiere las carnes a los vegetales, los humanos y los animales experimentan una considerable disminución del contenido de sílice en los músculos, la piel y el tejido conjuntivo2.
El papel que desempeña el sílice en la salud humana se puede entender estudiando el amplio abanico de aplicaciones históricas y contemporáneas que tiene como fitoterapéutico.
Una planta que contiene un alto porcentaje de sílice tanto mineral como orgánico es la cola de caballo (Equisetum arvense). Históricamente, esta planta se ha utilizado como vulneraria, para curar heridas3 y para detener las hemorragias internas y externas4. Los indios nativos americanos la aplicaban como cataplasma para curar heridas y como antiinflamatorio5. También se ha considerado útil como diurético6 y para ayudar a deshacer las piedras de la vejiga7. Debido a que es un componente principal del pelo, las uñas y el esmalte de los dientes, siempre se ha considerado que la absorción de sílice los fortalece8,9,10. Otros terapeutas y autores sugieren que el sílice puede ayudar al crecimiento celular y nutrirá la piel11,12, mientras que otros aconsejan que se aplique como baño ocular y para el dolor de oídos13,14.
Cola
de caballo (Equisetum arvense).
La mayor parte de la investigación y la literatura contemporáneas sobre el sílice se centra en el efecto de éste sobre la elasticidad y la firmeza de los ligamentos. Se administra tras operaciones ortopédicas y para aliviar el dolor de los músculos lumbares15. Jethro Kloss, en los números posteriores a 1970 de la guía de plantas de la familia Kloss Back to Eden16, llama la atención, al igual que algunos investigadores científicos, sobre el papel del silicio en la formación y el fortalecimiento del tejido conjuntivo, especialmente en casos de reumatismo y artritis.
La dificultad para absorber las cantidades terapéuticas de sílices orgánico y mineral a partir de plantas y vegetales es el viejo problema de la «dieta equilibrada». Las dietas equilibradas son buenas sólo para las «personas equilibradas», y los individuos que sufren por la edad de una deficiencia de sílice o que necesitan cantidades extras de sílice para hacer frente a una herida o una torcedura tendrían que comer (o beber) cantidades considerables de vegetales y plantas.
La investigación científica contemporánea sobre el sílice orgánico ha estudiado, entre otras cosas, la cuestión de si el sílice es un nutriente esencial17,18; su contribución en la formación de huesos, cartílagos y tejido conjuntivo19,20; los problemas óseos en los casos de deficiencia de sílice21; y su papel en el metabolismo del calcio22.
También se ha investigado la aplicación tópica del sílice en el caso de heridas y quemaduras de la piel de diversos grados en humanos. Hoy en día, en algunos hospitales se utilizan vendajes que contienen sílice.
Históricamente, los herboristas, terapeutas y científicos no han tenido éxito a la hora de separar el sílice mineral -que no puede ser absorbido por el cuerpo humano- del sílice orgánico -que sí puede ser absorbido-. La cantidad de plantas y vegetales que deberían procesarse para obtener una pequeña producción, hacían de la extracción de un suplemento de sílice orgánico una tarea inviable. No obstante, en 1975 el profesor Norbert Duffaut, químico e ingeniero investigador del Centro Nacional de Investigación Científica de la Universidad de Bordeaux en el Estado francés, sintetizó una molécula de sílice orgánico23,24,25. Seguidamente, Duffaut confeccionó un preparado terapéutico que podía aplicarse tópicamente en torceduras de ligamentos y dolores artríticos. Duffaut denominó su preparado NDR (Remedio de Norbert Duffaut). Además de venderlo a la gente como remedio casero, Duffaut prosiguió utilizando el sílice en algunos ensayos clínicos, primero con el gastroenterólogo y después con un cirujano cardiovascular, que administraba el sílice orgánico en la recuperación posoperatoria26.
Se llegó a la fase final en el desarrollo del sílice orgánico como suplemento en 1982, cuando Loïc Le Ribault -uno de los científicos forenses más notables del Estado francés y experto mundial en sílice- conoció al profesor Duffaut y desarrolló aún más su sílice orgánico sintético, haciéndolo estable, agradable al paladar e inocuo. Tras la muerte de Duffaut en 1993, Le Ribault empezó a comercializar su síntesis de sílice orgánico como suplemento natural en base acuosa que podía tomarse por vía interna o aplicarse sobre la piel. Lo llamó OS5.
Loïc
Le Ribault tomando OS5 con pacientes.
En 1995 Le Ribault estableció la producción comercial del OS5.
En 1997, tras ataques a Le Ribault tramados por médicos y farmacéuticos (fue acusado de practicar la medicina sin tener el título de médico), el gobierno francés se sintió obligado a manifestar públicamente que el OS5 era una sustancia completamente natural y carente de toxicidad27.
El Sílice Orgánico OS5 se puede obtener ahora en forma de suplemento de sílice orgánico en base acuosa y puede administrarse por vía tópica o interna como complemento adyuvante en muchas dolencias en las cuales tradicionalmente se ha utilizado el sílice. Se recomienda especialmente como antiinflamatorio en la artritis, las lesiones ligamentarias y las torceduras musculares.
Referencias:
1Klaus
Schwarz (1977) Silicon, Fibre an Atherosclerosis. The Lancet, 26 de febrero.
2Edith
M. Carlisle (1974) Silicon as an essential element, Newer Candidates for
Essential Trace Elements, Federation Proceedings, volumen 33, número
6, junio.
3Juliette
de Bairacli Levy (1991) The Illustrated Herbal Handbook for Everyone, faber
and faber, Londres.
4Mattew
Robinson M.D. (1890's) Robinson's New Family Herbal, W. Nicholson and Sons,
London.
5Steven
Foster and James A. Duke (1990) A Field Guide to medicinal Plants; Eastern
and Central North America. Houghton Mifflin Company, Boston, EE.UU., 1990.
6Robinson,
op. cit.
7de
Bairacli Levy, op. cit.
8de
Bairacli Levy, op. cit.
9Claire
Loewenfeld and Philippa Back (1971) Herbs for health and Cookery. Pan Books,
Londres.
10Jethro
Kloss (1988) Back to Eden. Back to Eden Books, Loma Linda, California.
11Donald
Law (1970) Herbs for Cooking and Healing. W. Foulsham & Co. Ltd., Londres
1970.
12Jethro
Kloss, op. cit.
13Donald
Law, op. cit.
14de
Bairacli Levy, op. cit.
15Frantisek
Stary (1991) The Natural Guide to Medicinal Herbs and Plants. Tiger Book
International, Twickenham, Inglaterra.
16Jethro
Kloss, op. cit.
17Edith
Carlisle, op. cit.
18Miller
W. J. (1973) Newer Candidates for essential trace elements. Federation
proceedings, volumen 33, número 6, página 1747.
19Edith
Carlisle, op. cit.
20Frantisek
Stary, op. cit.
21Edith
Carlisle, op. cit.
22Charnot
A. (1963) Influence du silicum et du potassium sur le metabolisme silicique.
Annales d'endocrinologie, 397-402.
23Loïc
Le Ribault (1998) Le Prix d'une Decouverte; Lettre a mon Juge. Case Postale
332-1290 Versoix, Ginebra, Suiza.
24Martin
Walker (1998) Loïc Le Ribault's Resistance; the creation of a treatment
for arthritis and the persecution of it's author, France's foremost forensic
scientist. Slingshot Publications, BM BOX 8314, London WC1N 3XX, Inglaterra.
25Jean-Michell
Graille (1995) L'etrange Aventure Du Silano, Sud-Ouest Dimanche, Estado
francés.
26Martin
Walker, op. cit.
27Declaración
del analista del gobierno francés.
Artículo publicado en el número 55 de la revista «Medicina Holística». Edita: Asociación de Medicinas Complementarias.