Dr. Stangl Willibald
Wildgasse 7
A- 3430 Tulln  (AUSTRIA)

Tulln,  29 de setiembre de 2004

Asunto: Encarcelamiento del Dr. Ryke Geerd Hamer

A la Embajada de Alemania en Madrid

Señoras, Señores,

He leído en un periódico austriaco que el Dr. Hamer ha sido encarcelado en España, a causa de una orden de arresto internacional, por "ejercicio ilegal de la medicina", y por ¿estafa?, tras la condena de un tribunal francés, en tanto que el juicio todavía no es autoridad de ley.
Conozco al Dr. Hamer y a sus descubrimientos en el terreno médico desde hace más de doce años, y he controlado los mismos de manera crítica y empírica. Poco a poco ha quedado comprobado que allí había una profunda verdad. Con la ayuda de la informática y de su sentido de la observación, ha adquirido y transmitido conocimientos que, aplicados con buen criterio y de manera práctica, son una ayuda complementaria para nuestros pacientes en gran número de enfermedades.
Al principio sus descubrimientos eran confirmados igualmente por científicos reputados, que sin embargo se vieron  obligados a retirar su aprobación debido a presiones masivas; personalmente y como pequeño médico que soy, viví la misma experiencia.
A nivel del público, sus publicaciones han encontrado eco hasta el presente, y no sólo entre personas sencillas, sino también entre personas inteligentes y críticas que analizan su enfermedad a la luz de los descubrimientos de Hamer, y reconocen las causas y las interacciones.
Paralelamente al tratamiento de la medicina académica, buscan también ayuda aquí y tienen así mejores oportunidades de curación.
Para mí fue, y todavía es, incomprensible que la clínica Universitaria de Tübingen no cumpla con su deber de verificar la exactitud de los descubrimientos del Dr. Hamer, ¡aunque está obligada a ello por vía judicial! Lo verían claro de golpe, si es o no es. Y en lugar de eso se exige de él que "abjure".
Sólo la palabra da escalofríos, recuerda a Galileo (la Inquisición); ¡los estandartes de la Edad Media atraviesan nuestro siglo!

¡Cuántos descubrimientos importantes hizo en su época Ignace Frédérique Semmelweis! Los comunicó a sus colegas profesores y fue despedido y despreciado, muriendo finalmente en un asilo. Hoy en día su estatua se impone en Viena; tenemos una clínica Semmelweis, y estamos orgullosos de haber tenido a este gran médico, que salvó la vida a millares de parturientas. ¿Quién recuerda hoy en día su miserable final y el espantoso comportamiento de sus colegas médicos?

Un tal Dr. Hackethal:
Con ocasión de un congreso de cirujanos en 1970 solicitó a sus colegas que no extirparan completamente el seno en caso de cáncer, y que se limitaran a quitar el tumor y a operar de manera que se preservara el seno, ya que las mujeres sufren mucho por la destrucción de su integridad femenina y se sienten mutiladas.
¿Qué ocurrió?
Se le expulsó y se hizo que constara en acta que su discurso había sido reprobado con abominación. ¿Y qué pasa hoy en día? Que se opera procurando, en la medida de lo posible, conservar el pecho.

¿Y el Dr. Hamer?
Actualmente algunas revistas médicas indican ya que los conflictos psíquicos profundos dejan marcas visibles en el cerebro, exactamente como lo ha descrito el Dr. Hamer. Naturalmente, ¡esto no se menciona nunca para nada!
Hasta que Hamer y sus detractores no hayan muerto, no será reconocido.
Manifiestamente, la historia se repite a intervalos regulares.

Admitámoslo, estos hombres con carisma a menudo son difíciles, agresivos y provocadores para sus contemporáneos.
¿Pero es esto una razón para desacreditar a estos incómodos investigadores, perseguirlos y encerrarlos, en vez de verificar sus afirmaciones sin dejarse llevar por el apasionamiento?
Hamer sufrirá sin duda el mismo destino que Semmelweis: Perseguido, aplastado, psiquiatrializado, y ¡fin!

Hace 40 años que desarrollo mi actividad en la profesión médica, y puedo confirmar que los descubrimientos del Dr. Hamer desde estos últimos 12 años se han convertido en una ayuda maravillosa para mis pacientes.

Les agradezco el tiempo que han dedicado a leer estar líneas, que quizá les harán reflexionar. Y les pido que ayuden al Dr. Hamer, sin prejuicios y sea cuál sea su opinión al respecto, ya que él no merece la cárcel.

Cordialmente
Dr. Stangl Willibald e.h


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