- En francés -

Dr. Maurice MOREAUX
14 rue Ahmed Aggoun
19000 - Sétif - ARGELIA
Tel.-fax : 00 213 5 93 73 19
Sétif, 26 de setiembre de 1999

A los colegas médicos del departamento de Saboya,

Médico generalista en Argelia desde 1967, retirado de la Salud Pública argelina para la cual he trabajado durante 30 años, me interesé (en el 1984, creo) por los descubrimientos e hipótesis del Dr. HAMER. Quedé más interesado por su contenido que irritado por la forma en que lo presentaba, que me parecía demasiado imperiosa.

Con otros colegas que se enteraron de estos trabajos, con enfermos (de cáncer en particular) y con los parientes de los enfermos, ciertamente constatamos que la evolución de numerosos casos encajaba bien con las descripciones del Dr. HAMER, y lo que es más, que ciertas remisiones y curaciones no encuentran otra explicación que las de su "Nueva Medicina". Sin embargo, como nosotros no disponemos aquí de los medios técnicos necesarios para verificar estas hipótesis,  pusimos nuestra confianza en los investigadores europeos y esperamos los resultados de sus trabajos…

Esperamos ahora que los trabajos de verificación llevados a cabo en Eslovaquia serán pronto publicados. Pero nos ha sorprendido – incluso podríamos decir que escandalizado – que el Consejo del Colegio de su departamento lo único que haya llevado a cabo, en lugar de trabajo científico, ¡hayan sido diligencias judiciales!

En efecto, a finales de enero del 2000, el Tribunal de Instancia de Chambéry debe juzgar a la Sra. Andrée SIXT, presidenta de la A.S.A.C. (Association Stop Au Cancer) por "ejercicio ilegal de la medicina", y "no asistencia a persona en peligro", según querella interpuesta por el Presidente del Consejo del Colegio Médico del Departamento de Saboya.

De hecho, la A.S.A.C. se ocupa desde 1982 de dar a conocer el resultado de las investigaciones del Dr. HAMER, de difundir sus publicaciones, de ayudar a los enfermos que se presentan tras haber recibido un diagnóstico de cáncer. Esta ayuda consiste en hacerles comprender mejor la influencia de los factores psicoafectivos sobre su enfermedad y sobre su evolución. Desde hace casi 20 años, la Sra. SIXT ha prestado así asistencia a numerosas personas en peligro (entre ellas, algunos de nuestros enfermos argelinos que nosotros habíamos puesto en contacto con la A.S.A.C.). Pero la Sra. SIXT no interviene, tal como lo entiende la medicina clásica: ninguna receta de quimioterapia, sino una nueva visión del paciente sobre su enfermedad, consejos para tener en cuenta su estado y su entorno psicoafectivo en la gestión de su enfermedad y de su tratamiento.

Es la justicia quién debe decir si existe realmente delito cuando alguien, que no es médico,  ayuda "demasiado" a los enfermos (¿ejercicio ilegal?), o les ayuda demasiado poco (¿no asistencia?). También es la justicia la que debe decir si existe "delito de complicidad y fraude" en el Dr. HAMER, que será juzgado en el mismo proceso: ¿será por haber proporcionado a la Sra. SIXT los resultados de sus investigaciones?  Pero es la comunidad científica la que debe pronunciarse sobre el contenido de sus investigaciones.

Cuando miramos las últimas décadas que acabamos de vivir,  nos impresionan los impresionantes progresos conseguidos en los métodos de diagnóstico, en los protocolos terapéuticos, y en la consideración de ciertos factores etiológicos (virológicos, cromosómicos, inmunológicos); pero, ¿por qué estos progresos impedirían que se buscase además en otras direcciones?

Los factores psicológicos son una de estas direcciones. Cada vez un número mayor de investigadores, americanos y europeos, les atribuyen un papel primordial en la llegada imprevista y la evolución de las enfermedades, en particular de las enfermedades cancerosas y las "enfermedades de sistema".

Todos nosotros, sea cual sea el lugar donde ejerzamos, hemos podido remarcar que los enfermos enlazan a menudo el origen de su enfermedad a un trauma físico o psicológico; pero exceptuando algunas afecciones, como la diabetes o el asma, en las cuáles los factores psicoafectivos son a menudo evocados, casi siempre descartamos esta información que viene de los enfermos, ya que estamos seguros de conocer las series de las etiologías de las diferentes enfermedades.

De igual modo, podemos haber constatado o conocido remisiones o curaciones inexplicables médicamente, pero que los enfermos relacionan a la resolución de un problema personal o profesional, o de un conflicto interior o familiar.  La casi inexistencia de tesis, estudios o artículos sobre las "curaciones inexplicables" ¿es una signo de un miedo a cuestionar nuestras certitudes?

La actitud científica, al igual que el respeto a los enfermos, exige que no cesemos de aprender a "entender", a comprender las explicaciones de cada paciente, sus posibilidades y su voluntad de curación, las ideas y los sentimientos con los cuales vive su enfermedad.

El Dr. HAMER, tras haber seguido varios miles de enfermos cancerosos hospitalizados, concluyó que el cáncer está siempre provocado por un choque psicoafectivo que se prolonga en conflicto psicoafectivo vivido en soledad, en la incomprensión del entorno. Para él, las remisiones o curaciones (ya estén explicadas por la eficacia del protocolo de tratamiento o inexplicables en el estado actual de nuestros conocimientos médicos) son, de hecho, obtenidas  por la expresión del conflicto psicoafectivo a un "confidente" o/y por la resolución del conflicto.

Como origen, un choque psicológico brutal, un conflicto agudo y dramático, vivido en soledad, y que continúa obsesionando al paciente, día y noche (según explican los enfermos)

Este choque psicoafectivo produciría una ruptura del campo electromagnético (Un desorden de los bipolos que constituyen las neuronas) sobre una de las zonas cerebrales "receptoras", diferentes según el contenido subjetivo del conflicto. Por escáner o por IRM, ha podido poner en evidencia estos "focos" perturbados, o mejor dicho, el edema perifocal que se forma alrededor, cuando el conflicto se ha resuelto, por lo menos provisionalmente.

La perturbación de la zona cerebral receptora induciría a una orden de multiplicación celular anárquica,  y por consiguiente a un tumor o a una lisis, cuya localización en tal órgano o tal sistema depende de la localización en el "foco" perturbado del cerebro.

Según el Dr. Hamer, la relación conflicto psicológico – foco cerebral – localización del cáncer, es tan constante que puede, en cada caso, "trasladarse" desde la constatación del tumor a la previsión de localización del foco cerebral (todos los radiólogos testigos habrían quedado convencidos por la coincidencia de las localizaciones previstas, con las imágenes obtenidas por IRM o escáner cerebral). Se "traslada" a continuación hasta el contenido subjetivo del conflicto psicoafectivo, e, interrogando al paciente, a menudo a podido ayudarle a descubrir ese conflicto, o a confirmar que el enfermo le atribuía el origen de su cáncer.

La acción terapéutica consistiría pues, esencialmente, en ayudar a cada enfermo a resolver su conflicto, lo que relativizaría mucho los protocolos quimioterapéuticos-quirúrgicos-radioterapéuticos de los que hemos tomado la costumbre de esperar toda la eficacia (sin demasiado éxito, como reconocen honestamente numerosos especialistas).

No podemos resumir todos los argumentos, citológicos e histológicos, que el Dr. Hamer opone a la teoría actual de la formación de metástasis, pero nos quedamos con un aspecto no cuestionado, del cual remarca la importancia: las estrechas relaciones entre el estado psicológico, el funcionamiento del sistema neurovegetativo y la evolución de la enfermedad.

Como todos sabemos, nuestra vida cotidiana mantiene un ritmo alternando las horas de actividad (esfuerzo, agresividad, lucha contra una agresión), durante las cuales el tono simpático predomina, y fases de recuperación (alimentación, digestión, relajación, sueño), bajo la acción dominante del sistema parasimpático.

Cuanto más severamente ataque al organismo una enfermedad, más se estimula la hipertónica simpática para resistir. Puede durar días y noches, con gran consumo de energía, y visible adelgazamiento, hasta la eliminación de los factores agresivos (microbianos, por lesiones o funcionales), o hasta el agotamiento total y fatal.

Esta hipertonía simpática se manifiesta por signos bien conocidos como son:

Por el contrario, la hipertonía parasimpática es descrita por el enfermo como una sensación de sueño y de hambre, con calor en la cara y tendencia a la diarrea, en tanto que el médico puede observar enrojecimiento en la cara, hipersecreción nasal, miosis, sequedad en las palmas de las manos, disminución de la frecuencia cardiaca y descenso de la tensión arterial.

Como el tono parasimpático provoca una dilatación de los vasos cerebrales y una relajación de los músculos esqueléticos, el enfermo se queja de cefaleas y de mucha astenia, que serán tanto más importantes cuanto más larga y/o más intensa  haya sido la fase "simpática", porque la agresión que la ha inducido ha sido más violenta y/o más prolongada.

Puede ser pues vital para el enfermo que su médico le explique que la fatiga, el sueño y los dolores de cabeza no son indicios de derrota (¿de muerte cercana?), sino que por el contrario, se suman a otras señales para indicarnos que se ha alcanzado la fase de recuperación (todos "los microbios han sido eliminados", o la insuficiencia cardiaca o respiratoria ha sido reprimida, o "el tumor a dejado de evolucionar"…)

Para nosotros, en Argelia, médicos generalistas que no disponemos de los medios que han permitido a varios equipos europeos el verificar radiológicamente las tesis del Dr. HAMER (relación constante entre la localización de un tumor maligno y la del correspondiente edema cerebral),  hemos llevado una atención más sostenida al seguimiento de los enfermos de cáncer o de una enfermedad sistémica.

Incluso si de entrada la lectura de las publicaciones del Dr. HAMER nos hubiera disgustado, por la apariencia subjetiva de sus demostraciones y por el carácter absoluto de sus conclusiones, nos vemos obligados a constatar que la mayoría de nuestros enfermos relacionan el origen de su enfermedad a un choque psicoafectivo, prolongado por un conflicto con la tonalidad "prevista" por el Dr. HAMER en función de la localización del tumor. Hemos constatado también que la resolución provisional del conflicto se acompañaba casi siempre de un período parasimpático y de una remisión clínica, constataciones más evidentes todavía en los pocos casos de curaciones… para las que la medicina clásica no tiene explicación.

En fin, incluso si las constataciones precedentes no pueden constituir pruebas científicas, no hemos encontrado hechos científicamente opuestos a las explicaciones del Dr. HAMER relativos al origen y a la evolución de las patologías, en los pacientes a los que hemos podido observar durante suficiente tiempo. En conclusión, hemos sido llevados a plantearnos las siguientes preguntas:

  1. ¿El Sr. Presidente del Consejo del Colegio ha decido él solo presentar querellas (contradictorias) a la Justicia, o bien ha sido tras ser asesorado por otros miembros del Consejo?
  2. El Presidente y los otros miembros eventualmente consultados, ¿han leído las publicaciones del Dr. HAMER?
  3. ¿En qué una ayuda psicológica resulta perjudicial al enfermo o al servicio especializado que ha diagnosticado su enfermedad?
  4. ¿Por qué contentarse con una acción judicial sin siquiera tratar de verificar científicamente las hipótesis del Dr. HAMER, como ha sido positivamente realizado en varios países de Europa (Austria, Alemania, Bélgica, Eslovaquia…)?

Ya que el Departamento de Saboya tiene la ventaja de poder obtener todos los documentos del Dr. HAMER por medio de la A.S.A.C., sería posible que el Consejo del Colegio o el CHU coordinase un grupo de investigación sobre estos trabajos, con la participación de colegas especialistas prescriptores de tratamientos anticancerosos, y con colegas generalistas que asegurasen el seguimiento de los enfermos entre las curas en los servicios especializados?

  1. Si el Consejo rechaza este trabajo científico, ¿no será acusado el Consejo de defender a los grandes intereses financieros ligados al mundo del medicamento? (En Alemania, son los laboratorios fabricantes de los antimitóticos los que han perseguido judicialmente al Dr. HAMER, porque sus tesis relativizan la eficacia de sus productos : ¡no son las únicas claves para la cura!)

Si se trata de miedo a las novedades científicas, de pereza intelectual, el Consejo podría muy bien ser acusado de "no asistencia a numerosas personas en peligro"… Por no haber querido cuidar más que los órganos y los tejidos enfermos, olvidando voluntariamente los aspectos psicoafectivos y neurovegetativos.

Confraternalmente.

M. MOREAUX

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