Diario 16. Martes, 3 de junio de 1997.

Etiquetado sano.

Pedimos a sociólogos, psicólogos, comunicólogos y otros científicos que contribuyan a responder la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que casi cuarenta páginas enteras de DIARIO 16 tras tres meses propugnando semanalmente un debate científico y público sobre el sida, y dando argumentos sólidos sostenidos por un corriente de cualificados investigadores y médicos de distintos países, sólo encuentre el silencio por respuesta?

Los argumentos científicos dados hasta hoy son muy sólidos y, por ahora, incuestionados por los oficialistas. En este capítulo los empezamos a completar con argumentos humanos. Lo que ha dado fuerza para aguantar la presión censuradora y descalificadora oficialista ha sido constatar, por ahora a pequeña escala, que la información crítico-disidente resulta beneficiosa, pese a las malas condiciones que implica ir a contracorriente. 


De los seis grupos de vencedores del sida explicados en el Debate SIDA III, el más numeroso es el de las personas que llevan muchos años soportando la etiqueta de seropositivos y que se encuentran perfectamente. Y ello a pesar del choque que significa recibir el diagnóstico. Puesto que el «sida vírico» oficial se presentó no sólo como inevitablemente sino también como rápidamente mortal, en realidad se puede afirmar que la inmensa mayoría de personas «seropositivas» han vencido al sida. Es así tanto a escala mundial como de cada país, sea cual sea la cifra fantasiosa que se utilice para cuantificar la cantidad de personas consideradas como «infectadas» o «portadoras» de un VIH del que no hay ninguna prueba de que exista. Esta es una muestra más de lo criminal que resulta la consigna «tratar rápido y fuerte» con los necesariamente venenosos cócteles (¡ya cuestionados!), lanzada por el congreso de Canadá. 
«Luchar contra la ignorancia oficial».

José Miguel Alvarado, licenciado en filosofía y letras, etiquetado como seropositivo y crítico de la teoría oficial.

Lluís Botinas.Lluís Botinas/Barcelona.

Lluís Botinas. ¿Desde cuando es seropositivo?.

José Miguel Alvarado. No soy seropositivo, sino que tengo puesta la etiqueta de «VIH-seropositivo» desde hace diez años. Y en este punto quisiera hacer una aclaración conceptual sobre lo aprendido en el bachillerato acerca de lo que significa ser seropositivo a determinado virus. Se nos decía que los anticuerpos aparecían o se detectaban en la sangre como señal de que el virus había sido neutralizado, y los anticuerpos permanecían en la sangre como recuerdo de esa victoria y como protección ante futuras invasiones de tal microorganismo. Pero con el sida nos dicen que los anticuerpos pueden convivir con el virus durante años, y además, que tener anticuerpos ya no es deseable sino que es letal para la persona portadora de ellos en un plazo indeterminado. ¡Nos lo debieron explicar mal en el bachillerato!.

¿Ha padecido alguna enfermedad relacionada con el VIH?.

No. Durante este tiempo sólo he tenido un herpes zoster, y realmente pienso que no estaba relacionado con el supuesto VIH a pesar de que los médicos lo achacasen a ello. Porque incluso siguiendo su razonamiento de que las enfermedades del saco sida aparecen con un nivel bajo de T4, en aquellos momentos mi recuento dio ligeramente superior al de una persona «normal», no etiquetada.

¿Cuánto empieza a dudar de la hipótesis VIH=SIDA?.

En primer lugar, me hago disidente del tratamiento por pura observación. Veo que la gente tratada con antivirales y/o Septrim, a la larga todos presentan síntomas de consunción y mueren. Y en segundo lugar, hace un año me hago disidente de la causa en base a estudios de científicos y médicos que replantean la hipótesis del VIH (muchos negándole letalidad y otros negando rotundamente la existencia del virus) y que contrasto con mi experiencia personal de etiquetado de larga duración y con la que mi compañera, muerta hace poco con la etiqueta sida.

¿Qué motivos cree que hay para que usted siga vivo pero en cambio haya fallecido su compañera?.

Quizá porque dejé pronto de hacerme recuentos de T4, harto de esa angustia que precedía a cada análisis; quizá porque tuve la enorme suerte de que, al no continuar haciéndome esos análisis, nunca me dieron niveles bajos de T4 y, por tanto, no me sugirieron antivirales; quizás porque siempre mantuve un talante de rebeldía, e incluso con la idea de que fuera un virus o retrovirus tan sádico lo que nadaba en mi sangre, siempre confié en que yo acabaría por derrotarlo (hoy pienso que lo principal en esta lucha es derrotar la ignorancia, no un virus inofensivo o inexistente); quizá porque en los momentos que más miedo pasé, coincidiendo con el proceso de enfermedad de mi compañera y buscando respuestas (más allá de las no-respuestas del hospital), contacté con la asociación C.O.B.R.A., donde accedí a ese material científico y humano que cuestionaba lo que hasta entonces nos habían contado, es decir, VIH=SIDA=muerte; quizá por todos estos quizás sumados. En cuanto al caso de mi compañera, decir que un día sus análisis arrojan menos de 500 T4 y le recetan el AZT (que sólo tomó tres o cuatro meses, y de forma irregular). Por debajo de esta barrera de los 500, sus consultas pasaron del ambulatorio al hospital: ya quedó oficialmente etiquetada como «enferma de sida» aunque no tenía síntoma alguno. Luego el miedo hizo su papel hasta llegar a la enfermedad: tenia demasiado interiorizada la sentencia. Neumonías recurrentes, para terminar con un citomegalovirus en el ojo y seis meses de quimioterapia que no pudo aguantar.

¿Existe o no una enfermedad llamada sida?.

Otra aclaración conceptual: siempre nos enseñaron que SÍNDROME era un conjunto de síntomas que caracterizaban cierta situación enferma. Con la aparición del sida, esto, como muchos otros presupuestos básicos de la medicina moderna, cambia, y SÍNDROME pasa a ser un conjunto de enfermedades (cada vez más). Sida, por tanto, no es una enfermedad sino un grupo de 29 enfermedades diferentes y conocidas hace mucho tiempo. Así, hay que decir que nadie muere de sida sino etiquetado como tal. Y que el origen de estas enfermedades metidas en el saco sida no es ningún virus.

¿Pone en duda la existencia del VIH?.

El VIH jamás ha sido aislado. Por lo tanto, la existencia del VIH y que VIH=SIDA no pasan de ser hipótesis nunca demostradas. No hay una sola publicación científica que demuestre que el VIH exista y/o sea la causa del sida. Pero incluso admitiendo la existencia del VIH, no sería ni necesario ni suficiente para desencadenar todo lo que se le atribuye. La mayoría de los «seropositivos» no desarrollamos el sida, luego el VIH no es suficiente para el sida. Por el contrario, hay muchos miles de casos de sida que no son «seropositivos», luego el VIH no es necesario para tener el SIDA. El comportamiento del supuesto VIH (y aceptando que sea causante de alguna infección) no satisface los postulados de Koch, que cumplen todos los agentes infecciosos:

  1. El agente se detecta en todos los casos de enfemedad.
  2. El agente no es común a otras infecciones.
  3. El agente obtenido de la reproducción en cultivos mantiene su potencial infeccioso.
El VIH no cumple ni los postulados de Koch ni la ley de Farr, pilares de la medicina actual. O sea que, en este caso, los oficialistas son los heterodoxos mientras que los disidentes son los ortodoxos.

Entonces la pregunta obligada es ¿de qué muere quien es presentado como víctima del VIH?.

En orden de importancia, señalo los siguientes factores:

  1. Robert Gallo.El terror. Si alguien supone que está condenado a muerte como nos machaca la versión oficial, tras recibir el «positivo» empieza a morirse. He conocido mucha gente que tuvo prácticas de riesgo hace mucho tiempo y que tardaron cinco o más años en hacerse la prueba. Sólo en el momento de recibir el «positivazo» su salud comenzó a venirse abajo. No hace falta ser un experto en neuropsiquiatria para aceptar este hecho. El test del diagnóstico es psicológicamente tóxico desde el momento en que la mayoría de la gente cree que ser seropositivo es sinónimo de muerte en pocos años (primero nos dieron unos dos años, luego nos ampliaron el plazo a cinco, luego a diez, recientemente Gallo amplió el plazo hasta 40 años e incluso habla de enfermedad crónica. Quienes son lentos y virulentos: ¿los «retrovirus» o los retrovirólogos? ¿A quién interesa que se cronifique el sida?).
  2. Los problemas psicológicos, como sentimientos de culpa, de autodestrucción, temor a contagiar a otras personas, miedo al rechazo; los problemas laborales... No es extraño que este diagnóstico incite al suicidio o a recaer en las prácticas de riesgo, en los viejos hábitos de consumo de drogas y lo que implica de mala alimentación, estrés, etc. Uno puede pensar: si total me voy a morir... ¡Y después serán considerados víctimas del VIH!.
  3. Los tratamientos oficiales. AZT-Retrovir, ddI-Videx, ddC-Hivid,... y los últimos, llamados inhibidores de proteasa. Venenos incompatibles con la vida a medio plazo. Se presentan como que retrasan la inmunodeficiencia cuando en realidad son inmunosupresores. He conocido personas que, tras un tiempo de tratamiento, apenas pueden sostenerse en pie y muestran un estado de consunción que, claro, se le achaca al «virus VIH». Todo queda explicado bajo esta etiqueta: actúa la palabra como un dogma, un argumento de autoridad incuestionable.
  4. Cualquiera de las enfermedades cubiertas con el acrónimo sida y que ya antes mataban en ocasiones.
  5. Los malos hábitos de vida, que acaban matando de persistir en ellos. Las drogas, la metadona, los excitantes sexuales, otros medicamentos químicos (antibióticos, tranquilizantes, corticoides,...), etc.
Tampoco se nos dice que la mayoría de gente que muere etiquetada bajo la palabra sida tenían antecedentes tóxicos. Por ejemplo, ¿de qué se muere un yonqui? Pues de ejercer como yonqui: de tener hábitos hipertóxicos que tarde o temprano le llevarán al hospital y a los tratamientos venenosos, es decir, al sida en pastillas. Pero el parte de defunción será: muerto por infección por VIH, e irá a engrosar las estadísticas del «sida». No estamos en presencia de una patologías de origen vírico sino tóxico.

¿Qué papel atribuye a los médicos en todos estos despropósitos que ha señalado?.

Hasta el momento, se han guiado por las directrices incuestionables de la hipótesis oficial. Hasta ahora sólo se les puede tildar de acríticos. A partir de ahora se exige a los médicos que conozcan otras informaciones, que cuestionen y se cuestionen.

De todo lo que ha dicho, ¿tiene apoyatura bibliográfica científica?.

Sí, aunque por problemas de espacio sólo he esbozado los puntos, ya que si intentase desglosarlos desbodaríamos no dos páginas sino todo el periódico.

Si la hipótesis del VIH es científicamente refutable ¿por qué no la abandonan?.

Los promotores de esta tesis no tienen otra opción. La mayoría son retrovirólogos, y si no hay VIH, no les quedaría más que dimitir. Por esto están tan a la defensiva, porque se les acabaría la tarea.

¿A quién interesa que el sida siga existiendo dentro de los parámetros actuales?.

A los emporios farmacéuticos (ver el precio de los antivirales y demás medicamentos asociados al sida). A las religiones, que les encanta lo del pecado divino, pues los fieles cada vez les son menos fieles y ya se sabe que el miedo hace volver al redil. A decenas de miles de «especialistas» que se quedarían sin trabajo si esto se desmontase. A ciertos comités mal llamados Antisida y que yo califico de Prosida. A todos los que viven de este invento. ¿Alguien se ha preguntado cuánto le cuestan al Erario Público medicamentos y test de detección y pruebas de seguimiento y la (de)formación y...?.

¿Cree que hay censura en los medios de comunicación?.

La prensa escrita hasta ahora sólo ha reproducido los dogmas oficialistas. Además de artículos sobre famosos etiquetados del estilo «fulanita de tal, rica heredera de la firma cual, es seropositiva porque tuvo una vez relación con menganito que a su vez...», puro amarillismo que sustenta la ignorancia imperante en el tema. Creo que nunca es tarde, y el momento lo exige. Los medios de comunicación deben comenzar a asumir un papel crítico, donde quepan las opiniones disidentes, un papel de foro para un debate tan irremediable como necesario. ¿A qué le tienen miedo, si están tan seguros de sus posiciones? Que acepten un debate serio donde nadie acuda con posturas esclerotizadas sino con argumentos científicos y humanos. ¡Y que no escuden sus intereses propios en la excusa de que nos quieren proteger a nosotros!

¿Algo más para terminar?.

Como dicen los neopositivistas, las cosas existen en tanto son nombradas. Por tanto, yo nombro a mi compañera Txaro González y a todos los amigos y tantos otros que se fueron con esa etiqueta llamada sida. Para que los muertos y sus muertes no se queden sin nombrar, para que sus muertes no se justifiquen bajo estas siglas abusadísimas, para aclarar debidamente sus muertes. 


Asociaciones críticas.
Con la mente abierta.

«Es necesario decirles, con voz alta y repetidamente, a los gobiernos y a quienes financian altruistamente la investigación, que permanezcan comprometidos en la investigación del VIH y que estén con la mente abierta a líneas de investigación que a primera vista puedan parecer de limitados frutos inmediatos. Los avances provienen de la creatividad e imaginación individuales, no del estrecho dogmatismo del floreciente establishment del sida».

The Lancet, 6 de julio de 1996, Editorial.

Ilustra la gravedad de la situación el que los editorialistas de «The lancet» hablen claramente de «los señores del sida». Y parece claro que hay una referencia y una crítica implícitas a las grandes empresas farmacéuticas metidas en «el negocio del sida». Pero es una lástima que ellos mismos no tengan una mente abierta a otras líneas de investigación sobre el sida, y se mantengan en la estrecha vía que lleva a un VIH del que seguimos pidiendo -y premiando- las pruebas de su existencia... 


Isabel y Esteban son pareja. Él fue etiquetado como seropositivo y ella no, pero han querido con su testimonio dejar claro que el tratamiento oficial no beneficia sino todo lo contrario. El consejo más importante para cualquier persona que se considere «seropositiva» porque ha dado positivo a los mal llamados «tests del sida», es que conozca la información crítica y la contraste a fondo con la oficial. Si llega a la conclusión de que el VIH no existe y/o de que en todo caso el VIH no podría ser la causa del sida y/o de que dichos tests son una chapuza, podrá tomar la decisión de quitarse la etiqueta. Y se le habrá acabado la pesadilla «sida». Y para facilitarlo ahí están los premios económicos (dos millones y medio) ofrecidos por Diario 16 y por la asociación C.O.B.R.A. a quien presente las pruebas científicas de que el VIH existe. Hasta hoy nadie las ha traído. 
«Me he quitado la etiqueta».

Esteban, de 37 años, relata como su vida cambió cuando dejó de tomar la medicación contra un virus llamado VIH que, según él, no existe.

Diario 16.-Me llamo Esteban y tengo 37 años. En 1990 me dijeron que era seropositivo. En el 1995 empezaron a darme pastillas Retrovir y Videx. Y, con fe ciega, seguí las instrucciones de mis médicos. A inicios de año comenzó una nueva vida puesto que entendí, gracias a otras personas, que no tiene sentido la seropositividad.

Sencillamente, soy una persona que di positivo a unos tests que yo no he hecho sino que me lo han hecho los médicos. Y estos mismos médicos son los que, con los últimos análisis que me hice, decidieron que mis defensas habían bajado y por ello me dieron «titanio», como si fuese una máquina que tiene una avería, cuando soy más completo que cualquier ordenador que pueda inventar el hombre.

Por esto, los Reyes magos me regalaron el derecho a vivir: DOY FE de que el día 6 de enero de 1997 dejé de tomar cualquier tipo de medicación contra el llamado virus del sida. Mis diarreas, mis fiebres, mi malestar general, ya habían desaparecido a finales de enero. Mi estómago digiere mejor los alimentos. Me levanto descansado. Y mi médico fallecerá antes que yo: de rabia, porque no moriré, pues seré la excepción a su regla.

Si queréis vivir de acuerdo con vosostros mismos, no hay nada mejor que el que decidáis cómo queréis vivir o cómo queréis morir. «Concédete la serenidad para aceptar las cosas que no puedas cambiar, y ten valor para cambiar las que sí puedes».

Daré fe a toda persona que quiera, durante el tiempo que esté en este mundo, que no volveré a tomar ningún medicamento contra el virus no existente llamado VIH. Cada vez que pueda y me lo permitan mis obligaciones, daré fe de que sigo vivo. 


«¿Por qué sigo estando viva y sana?».

Diario 16.-Me llamo Isabel y ejerzo de enfermera desde hace 17 años. He estado atendiendo muchas veces en los hospitales a personas «etiquetadas», y bastantes de ellas se han muerto en mis brazos. Me han vomitado encima y me he tragado accidentalmente su sangre varias veces. Y siempre me había preguntado porqué sigo viva y sana.

He tenido una pareja «etiquetada» que murió en el año 1994. Viví con él 9 años y tuve relaciones sexuales sin protección. Se hizo los «análisis» y empezó su calvario, que duró 2 años. Se puso en tratamiento se tomó rigurosamente la medicación: Videx, Retrovir (cuando la cambiaron la medicación duró 6 meses; se deterioró muy rápido). Y siempre me había preguntado porqué yo no había cogido nada, y sigo viva y sana.

Ahora vivo con un hombre que hasta el día de Reyes se sentía «etiquetado» (y yo también me sentía así) y que dejó de tomar la medicación. Desde entonces vivimos de verdad. Han desaparecido los síntomas físicos que tenía (diarreas, fiebre, vómitos, dolores, cansancio) y yo me siento feliz.

He estudiado tres años de Medicina y cinco de Enfermería, y al leer la información de C.O.B.R.A. se van llenando las lagunas que existen en mi cerebro, respecto a las dudas que siempre he tenido. 


Sentencia absolutoria.

El virólogo alemán Stefan Lanka se ofreció a testimoniar bajo juramento que el VIH no existe ante un tribunal de Göttingen, que juzgaba la acusación de 14 asesinatos y 5.800 intentos de asesinato contra un médico por negligente con una partida de sangre para transfusiones. Ni un solo científico oficial fue a defender la tesis VIH=Sida y el tribunal absolvió al acusado.


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