Diario 16. Domingo, 16 de marzo de 1997.
Desmontar el SIDA, 1.

El SIDA no es viral.
Lluís Botinas.Lluís Botinas.

El doctor en Medicina suizo Alfred Hässig, profesor emérito de Inmunología de la Universidad de Berna y ex asesor de la OMS, del Consejo de Europa y de la Cruz Roja, dio un curso en Barcelona el pasado fin de semana. En él desarrolló la tesis de que el SIDA no es producido por el retrovirus VIH, sino que es autoinmune, es decir, resultado de procesos y reacciones internas desencadenadas por la ruptura de equilibrios necesarios para la salud de la persona.

El Dr. Hässig explicó que la principal tarea de la inmunidad es el reciclaje y eliminación del billón de células que diariamente mueren en toda persona y que son reemplazadas por nuevas células que se van dividiendo constantemente. Esta tarea es realizada precisamente por los linfocitos T. En cambio, los linfocitos B son los encargados de generar anticuerpos frente al os microbios y otros antígenos que puedan penetrar desde el exterior. En una situación de estrés persistente (de origen tóxico, infeccioso, psicológico, nutritivo o traumático), los linfocitos T no pueden seguir realizando su función. Las células muertas no recicladas se acumulan, produciéndose distintas reacciones autoinmunes, con liberación de radicales y proteínas libres que van dañando e intoxicando el cuerpo. Este proceso lleva a la muerte, sobre todo si se ve agravado por la masiva ingestión de medicamentos venenosos que se administran como supuestos antivirales y preventivos.

En particular, las proteínas libres pasan a convertirse en objetivo de los linfocitos B debido al peligro que representan. Entonces se forman, entre otros, anticuerpos ante la actina, que es una proteína que se encuentra en todas las células y que tiene una función esquelética. Estos son los anticuerpos (en realidad, autoanticuerpos) que hacen dar positivo a los tests mal llamados del SIDA.

Este enfoque del Dr. Hässig lleva a otro tipo de tratamientos no agresivos basados en incorporar a la alimentación antioxidantes (flavonoides, taninos, vitaminas no sintéticas ni solas) y antiproteasas (heparina y heparinoides como el agar-agar y el cartlíago).

El Dr. Hässig planteó esta tesis hace ya tiempo, cuando aún creía en la existencia del VIH. Al conocer la argumentación del virólogo alemán Dr. Stefan Lanka y del equipo médico australiano de la Dra. Eleni Papadopulos acerca de que el VIH nunca ha sido aislado, se reforzó su línea de investigación desarrollada por el Grupo de Estudio Nutrición e Inmunidad de Berna.

El Dr. Lanka también participó en el curso explicando que la técnica PCR utilizada en los hospitales para medir lo que se llama «carga viral del VIH», en realidad, y según su propio Inventor, el Premio Nobel Dr. Kary Mullis, no sirve para medir carga viral alguna, y menos de un virus que no existe. Esto es importantísimo porque dicha supuesta «carga viral» está siendo utilizada para justificar los supuestos buenos resultados de la aplicación de los combinados presentados como antirretrovlraies. En realidad, tanto los nucleósidos análogos (AZT-Retrovir y otros) como los inhibidores de proteasas son tan tóxicos que disminuyen 1a actividad celular, que es lo que se interpreta como positiva disminución del inexistente VIH. Además, el Dr. Lanka explicó cómo con la PCR se puede hacer dar negativo o positivo ante el VIH a una persona según se aplique la técnica PCR respectivamente a su ADN o a su ARN transcrito.

Lluís Botinas es coordinador de la asociación COBRA.


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