Más de mil personas se acreditaron con el carnet de «Press» ante los organizadores de la «XII Conferencia Mundial del SIDA» celebrada en el Palexpo de Ginebra del 28 de junio al 3 de julio. Asistieron más de 11.000 congresistas de los cinco continentes, entre los que se encontraban los Número Uno Mundiales del «VIH»/«SIDA», los oficialistas doctores Fauci, Gallo, Montagnier, Ho,... bajo la presidencia del Doctor Hirschel, considerado el «hombre clave» del Congreso. Pero...
¿En cuántos de los medios de comunicación allí representados o de los abonados a las agencias de prensa presentes ha salido o va a salir reflejada la huelga de hambre empezada una hora antes de la Ceremonia de Apertura?. La huelga fue llevada a cabo por tres personas bajo una pancarta que decía en inglés: «¿dónde está la prueba de que el VIH existe?», y estuvo sobre todo frente a la entrada principal del Palexpo pero también ante el Palacio de las Naciones Unidas y ante la sede de la Organización Mundial de la Salud. En los comunicados que los huelguistas sacaron cada día se pedía al Presidente del Congreso que personalmente o a través de una Comisión «se nos presenten los artículos científicos que puedan ser citados como referencias originales que prueben el aislamiento del «VIH», incluidas las caracterizaciones de las «proteínas del VIH» y del material genético del «VIH», que son esenciales para un aislamiento viral». Y se decía que: «Puesto que estamos motivados solamente por razones humanitarias, si se presenta evidencia que satisfaga a nuestros asesores científicos, detendremos inmuediatamente nuestra huelga de hambre». Pero los huelguistas tuvieron que dar por terminadda su huelga una hora después de que acabase la Ceremonia de Clausura sin que nadie hubiese hecho intento alguno de aportales prueba alguna...
¿En cuántos medios de comunicación va a recogerse la respuesta del Doctor Gallo, Número Uno mundial del «VIH lentivirus», a mi pregunta: «¿Entregará Usted a los huelguistas de hambre la prueba científica que piden en la que se demuestra que el VIH ha sido aislado?» consistió en ponerse las manos detrás de la cabeza, no decir nada en voz alta y soltar un «Shut up!» («¡Cállate!») que se oyó desde las primeras filas?.
¿Cuáles van a informar de que en la Conferencia de Prensa del jueves 2 de julio de 1998 el Doctor Gallo reconoció involuntariamente que hizo trampa en los cultivos celulares que utilizó para sus investigaciones?. Probablemente el Doctor Gallo no se esperaba la pregunta técnica: «¿Por qué utilizó hidrocortisona en sus cultivos celulares?», y contestó rápidamente: «La necesitamos para estimular el crecimiento celular». Con esta respuesta el Doctor Gallo cometió un doble error:
¿Cuántos
han recogido que en el Satelite Meeting celebrado de 20 a 22 h. 30' el
domingo 28 en la Sala 3 del Palexpo, la Doctora Papadopulos y su
equipo explicaron con todo detalle técnico desde Australia que los
«tests del SIDA» no son específicos porque el «VIH»
jamás ha sido aislado, y que en un panel
in situ, los Doctores
Stewart
(epidemiólogo, Gran Bretaña),
de Harven (operador
de microscopio electrónico, Estado francés-Canadá)
y Lanka (virólogo, Alemania) y
los periodistas Hodgkinson, Shenton
y Christie (Inglaterra), expusieron sus plurales investigaciones
que les llevaron a la misma conclusión?.
¿Quien
va a informar de que el Número Uno Mundial del «SIDA»,
el Doctor Fauci quedó también desenmascarado como
tramposo cuando no respondió a la pregunta «¿Por
qué desde 1981 no ha vuelto Usted a mencionar sus artículos
de mediados de los años setenta en los que demostraba que en una
situación de estrés los linfocitos que circulan en la sangre
se repliegan a ganglios y médula ósea, sin que ello signifique
en absoluto que hayan sido destruidos (y menos por el inexistente VIH)?».
¿Cómo va a enterarse el público de que el Número Uno Mundial del actual modelo de «VIH de gran velocidad», el Doctor Ho, replicó «¡Esto no es ciencia!» a la pregunta: «¿No es cierto que el resultado de lo que se llama «carga viral» depende de cómo se diseñen los «primers» (las moléculas de arranque compuestas por unas 20 letras genéticas) utilizados para poner en marcha la técnica PCR usada para medirla? ¿Y que del «primer» usado depende que el test-PCR dé positivo o negativo?».
¿Quién
va a contar que el Doctor Montagnier no ha respondido aún
a una carta entregada en mano el segundo día en la que se le preguntaba:
«¿Desde cuando se está seguro de que los tests de
anticuerpos-VIH utilizados están científicamente desarrollados
sobre la base del completo aislamiento del VIH?» y «¿Donde
publicó Usted la prueba definitiva de que Usted detectó algo
más que transcripción inversa?», y se le proponía
hacer una investigación conjunta sobre la mitocondrias celulares.
¿Cómo comprobar que la respuesta a la observación de que es anticientífico llamar grupo placebo al formado por personas que en realidad toman uno, dos o más medicamentos además del propio placebo, fue la escueta frase: «Son procedimientos estandarizados»?.
¿Dónde encontrar prueba documentada de que el Doctor Hirschel, Presidente del Congreso, asistió a casi todas estas preguntas pero no invitó a los ilustres conferenciantes a que respondieran, ni nombró Comisión alguna que atendiese las peticiones, ni tuvo nada que decir personalmente?.
¿Cómo enterarse de que hubo un muy completo programa puente alternativo (desde formación científica a testimonios públicos pasando por consejos terapéuticos) desde el 26 de junio al 3 de julio en el que participaron una docena de asociaciones críticas provenientes de siete países?.
Y lo que desde un punto de vista humano es probablemente lo más escandaloso de todo: ¿Por qué de nuevo se ha escondido al mundo engeneral y a los millones de personas directamente amenazadas por este invento llamado «SIDA» en particular, que hay vencedores del «SIDA»?. Ningún periodista se molestó en ir hasta la sala donde permanentemente había testimonios de personas que llevan cinco e incluso catorce años (una de las huelguistas, nueve) con la etiqueta de «seropositivas» econtrándose perfectamente bien... eso sí, gracias a no tomarse los tratamientos oficiales, pues han visto cómo iban muriendo los amigos y conocidos que sí tomaban los medicamentos administrados por los hospitales. E incluso de personas que hace cinco años eran «casos avanzados de SIDA» y que se han recuperado plenamente recurriendo a tratamientos naturales bioregeneradores.
Queda un gran interrogante abierto: La nula reacción de los periodistas de los medios de gran incidencia ante estas preguntas (y otras cuestiones y acciones, de muchas de las cuales no me enteré), ¿es debida a que no entienden el gran alcance de las cuestiones técnicas planteadas?. En tal caso, los críticos tenemos que facilitarles elementos formativos para que lo comprendan. Y, por ahora, atribuyamos a las grandes dimensiones del evento oficial que tenían que cubrir el que no se interesasen en lo que considero cualitativamente decisivo: lo esbozado en este texto para que pueda ser útil...
Barcelona,
10 de julio de 1998.
Lluís Botinas. Director Asociación C.O.B.R.A.
NOTA: La pregunta del placebo fue formulada por Mark, de HEAL (Alemania). Las más técnicas, por el virólogo, biólogo y genetista alemán Doctor Stefan Lanka.
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