New African. Abril de 1998.

Trucos vergonzosos. Cómo la Organización Mundial de la Salud consigue sus cifras sobre el SIDA.
Doctor Christian Fiala.Doctor Christian Fiala1.

Para comprender la actual situación del «VIH-SIDA» en África, y lo que aparece publicado sobre este tema, es necesario hacer una pequeña excursión por la turbulenta historia de Uganda (que empleo aquí como caso ejemplo de estudio).

En la época de la independencia de Uganda en 1962, este pais era una muestra característica de la administración británica, mucho más que Kenya y Tanzania, hasta tal punto que para Winston Churchill, a comienzos de este siglo era simplemente «la perla de África».

El sistema de salud pública de Uganda era ejemplar en aquellos tiempos. Un signo de ello fue la introducción de un sistema de donación de sangre sumamente organizado en fecha tan temprana como 1956.

A comienzos de los años setenta, el banco de sangre de los hospitales sólo de la capital Kampala realizaba 14.000 donaciones anuales entre sus 350.000 habitantes. En muchos casos la sangre no recibía control de gérmenes patógenos. El banco de sangre utilizaba botellas esterilizadas, y las agujas se volvían a afilar cuando era necesario. En ese tiempo el país no disponía de un banco central de sangre, por lo que cada hospital organizaba su propio sistema de transfusiones.

No existe ningún análisis detallado de la manera como las jeringuillas eran esterilizadas en Uganda entonces. Sólo con evidencia anecdótica se sabe que, en algunos casos, cientos de personas fueron vacunadas con la misma aguja, una práctica que todavía sigue en algunas partes del país.

World Health Organization (WHO).Hoy la OMS (Organización Mundial de la Salud) confirma que «por lo menos 12 millones de inyecciones son puestas cada año alrededor del mundo», y que «por lo menos una tercera parte no se efectúan de manera adecuada y pueden estar diseminando enfermedades».

La situación es particularmente dramática en África, donde «más del 80% de las jeringuillas desechables son usadas más de una vez». Una reciente investigación en Tanzania encontró que «el 12% de las jeringuillas dispuestas para ser utilizadas, contenían restos de sangre del paciente anterior».

Las décadas perdidas de Uganda.

Entonces vino lo que en Uganda se ha denominado «las dos décadas perdidas». Fue el período en el que se alternaron los dictadores entre 1966 y 1986, cuando se sucedieron una serie de errores económicos, ejecuciones masivas, guerra civil y guerra con la vecina Tanzania. Alrededor de un millón de personas murieron violentamente en este periodo. El país fue destruido tan en sus cimientos que se convirtió en uno de los más pobres del mundo. Así, lo que el gobierno gastó en salud al final de este período fue aproximadamente el 9% de lo que era veinte años atrás.

En 1986, cuando empezaron a volver la paz y la estabilidad política en un país sumido en la catástrofe, sucedió otro acontecimiento memorable. La OMS publicó (en octubre de 1985 en Bangui, República Centro Africana) la definición de SIDA exclusivamente aplicable a los países en vías de desarrollo.

Definición de SIDA para adultos en países en vías desarrollo según la OMS.

Según esta definición, se declaraba que un africano sufría SIDA si habia tenido, por ejemplo, diarrea por más de un mes de duración, pérdida del 10 % de su peso y tos por un mes. Explícitamente, no es necesario en este caso hacer una prueba de «VIH».

Luc Montagnier.Así, los impresos oficiales del Ministerio de la Salud de Uganda para el registro de casos de SIDA en 1991 ni siquiera mencionan la posibilidad de una prueba de laboratorio para el «VIH». Esto quiere decir que el SIDA, la enfermedad que, según palabras del profesor Luc Montagnier (el doctor francés acreditado como descubridor del VIH), «no tiene síntomas típicos», era diagnosticado en Uganda y en otros paises en vías de desarrollo exclusivamente en base a síntomas.

Estos síntomas requeridos, sin embargo, no son raros en un país como Uganda, con 20 años de sistemática destrucción detrás de él. Por lo que realmente no es nada sorprendente que Uganda fuese declarada el «epicentro del SIDA».

¡Un montón de definiciones!.

Es más: como muchos otros países africanos, también Uganda redefinió la definición de Bangui de la OMS. Por ello, de forma totalmente oficial en Uganda tener tuberculosis podía comportar un diagnóstico de SIDA. A resultas de esto, las cifras de SIDA en Uganda aumentaron vertiginosamente.

Inicialmente, la fronteriza Tanzania tomó una ruta opuesta para hacer sus diagnósticos. Allí, el criterio para el diagnóstico del SIDA fue inicialmente más estricto. Eran necesarios dos síntomas mayores y dos síntomas menores de la definición de la OMS. Esto debería haber conducido a que los casos de SIDA en Tanzania fuesen menos que en Uganda. Pero no fue así. No todos los «casos de SIDA» registrados en Tanzania cumplían efectivamente estos criterios, como lo evídencia el siguiente informe de agosto de 1990 del Ministerio de la Salud de Tanzania:

«De los 1.987 nuevos casos registrados, solamente 667 (33,6%) cumplen los citados criterios. Aunque 1.320 casos no podrian ser estrictamente calificados como casos de SIDA, los hemos calificado así porque asumimos que los que informaron de ellos los omitieron en el momento de llenar las hojas de registro».

La definición de SIDA de la OMS fue simplemente cambiada en Tanzania. El «criterio de un sólo síntoma» fue añadido a la definición. Esto significa que un paciente es contado como caso de SIDA en Tanzania si presenta uno de los síntomas mencionados y si su médico está convencido de que tiene SIDA.

Tanto Tanzania como Uganda justifican este procedimiento en base a que la definición de la OMS es demasiado imprecisa y debe adaptarse a las circunstancias nacionales. Es absurdo, sin embargo, asumir que una enfermedad infecciosa da lugar a síntomas diferentes a un lado o al otro de una arbitraria frontera política.

En estas circunstancias, no resulta sorprendente que Uganda sufriese un agudo incremento de «casos de SIDA» en los años posteriores a 1986. Así, por ejemplo, la mitad de las camas de los pabellones de la Clínica Universitaria de Makerere en Kampala estaban ocupadas por «pacientes con SIDA». Esto quiere decir que estos pacientes tenían altas temperaturas, diarreas severas o estaban sufriendo pérdidas de peso junto con uno de los síntomas menores listados por la OMS. Esto lleva a declararlos como «pacientes con SIDA» sin habérseles practicado un test del VIH.

Más definiciones.

Después de que la definición de la OMS estuviese en uso su durante varios años, otras dos organizaciones de salud pública igualmente internacionales y activas, quisieron aumentar su influencia por medio de tratar de cuadrar el circulo diagnosticando la «enfermedad sin síntomas».

Centers Disease Control (CDC).Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, con base en Atlanta, y la Oficina Panamericana de la Salud (PAHO) llegaron, independientemente la una de la otra, a la conclusión de que la deflnición de SIDA de la OMS «pudiera no ser adecuada para el trabajo clínico» debido a la «potencial inaplicabilidad de dicha defìnición».

Ambos, los CDC y la PAHO, sacaron sus respectivas nuevas definiciones y declararon que eran las únicas que tenían sentido. Las dos nuevas definiciones, sin embargo, no fueron creadas en colaboración entre sí o con la OMS, síno en competencia.

Por lo tanto, desde entonces los países en vías de desarrollo han sido libres de escoger y aplicar cualquiera de las tres definiciones para el diagnóstico del SIDA sobre la base de síntomas clínicos. Igualmente son libres de elegir y aplicar una de las dos diferentes pero más parecidas definiciones usadas en los países industrializados.

Sin embargo, en las estadísticas internacionales todos los registros de las personas con SIDA sou metidos en el mismo saco, aunque sus números están basados en las diversas definiciones existentes y no son comparables en lo más mínimo.

Es interesante saber que estos detalles tan importantes no son conocidos ni por el público ni por muchos médicos.

En realidad uno ya podria acabar aquí mismo esta discusión, y concluir que todos los planteamientos sobre el SIDA en África son mera especulación. Pero es importante observar cómo los informes sobre el SIDA en África son tratados en el Oeste.

La OMS «cree» que el VIH en África se transmite esencialmente por sexo. Esta afirmación es remarcable por diferentes aspectos a considerar.

Uno, después de 15 años está claro que no existe una epidemia de SIDA en la población heterosexual europea. Es absurdo pensar que lo contrario suceda en África.

Dos, la OMS y por la clase médica oficial de Occidente aluden constantemente a una supesta «hiperactividad» sexual de los africanos. Pero aparte del hecho de que los primeros misioneros europeos de las Iglesias Cristianas así lo creyeron, no existe ninguna evidencia científica de que este punto de vista sea cierto.

Por el contrario, los norteamericanos lideran al mundo en el comportamiento de cambiar las parejas sexuales y en promiscuidad. Les siguen el Estado francés, Australia y Alemania. Suráfrica, al igual que Tailandia, están muy por debajo de la mitad de esta tabla de clasificación, según lo demuestra un estudio intemacional hecho por la fábrica de condones Durex. Pero persiste una larga costumbre cristiana de fantasear sobre la supuesta vida licenciosa de los africanos en cuestiones sexuales.

Cómo la OMS obtiene sus cifras.

Si regresamos a las diferentes rivales definiciones de «caso de SIDA» mencionadas anteriormente, encontraremos que han tenido un impacto devastador en los informes sobre el SIDA en Uganda y Tanzania y, por extensión, en África en general. Las cifras de nuevos casos de SIDA en Uganda y Tanzania se fueron incrementando cada año hasta 1991. Desde entonces, las cifras han venido bajando.

Casos registrados en Uganda.
Año. Casos nuevos.
hasta 1986 910
1987 2.914
1988 3.425
1989 6.090
1990 6.616
1991 10.235
1992 9.352
1993 4.641
1994 4.997
1995 2.192
1996 3.032

Sobre las estadísticas, tenemos que subrayar que todos los casos de SIDA registrados en todo el mundo están recopilados por la OMS en Ginebra. Como ciertamente hay un número desconocido de casos que no han sido registrados, la OMS multiplica los casos registrados a fin de lograr una estimación de la cifra «real».

Sin embargo, el factor de multiplicación aumenta cada año. En 1996 la OMS multiplicó los casos de SIDA registrados en África por 12. En 1997 el factor de multiplicación saltó a 17.

En el último año y medio pasados, solamente 116.000 nuevos casos de SIDA en África fueron registrados por la OMS. En el mismo periodo, la OMS subió sus estadisticas a una estimación total de 5,5 millones de casos, lo que significa multiplicar los casos informados por factor 47.

Si uno comienza a partir de los números de casos de SIDA registrados de acuerdo con las definiciones mencionadas, entonces hay una sola cosa a decir: más gente muere en África por culpa de ciertas enfermedades muy bien conocidas y que, además, tienen tratamiento, como la malaria, la neumonía o la diarrea2, que de lo que están definiendo como SIDA.

Las escenas de horror tan frecuentemente repetidas acerca de una epidemia de una nueva enfermedad infecciosa en África, tan sólo existe en la cabeza de los estadísticos que, por razones sólo por ellos conocidas, usan insostenibles y progresivas multiplicaciones para llegar a sus alarmantes conclusiones.

Además de todo esto, los estadisticos han añadido conjuntamente -es decir, suman acumulativatmente-todos los casos de SIDA desde comienzos de los años 80. Esta forma de presentación es extremadamente excepcional en medicina ya que produce resultados inútiles. Las cifras suben automáticamente, aunque sólo ocurran unos pocos nuevos casos cada año.

Por esto la publicación de la Asociación Médica Alemana, Deutsches Ärzteblat, bajo el titulo «Confusión Acumulativa», dice: «Nadie piensa en sumar las cifras de los casos de paperas, de tuberculosis o de escarlatina desde el día en que se aprobó la ley sobre epidemias».

En consecuencia, la única razón para presentar las cosas de esta manera es que «grandes cifras atraen grandes sumas de dinero público» que van a parar a la investigación sobre el SIDA y, por extensión, a los bolsillos de los investigadores.

Por lo tanto, no es sorprendente que los informes oficiales de la OMS anuncie constantemente «una inminente» catástrofe. Lo que sí es sorprendente es que casi todos los periodistas divulguen sumisamente estas noticias sin formular ninguna pregunta crítica.

Los huérfanos del SIDA.

La historia sobre los niños huérfanos del SIDA ciertamente es la más cínica de todas desde el «descubrimiento del VIH». Y proyecta una luz característica sobre cómo se informa sobre el SIDA.

Un estudio llevado a cabo por el «Proyecto Huérfanos», con sede en Nueva York, estimó el número de niños menores de 14 años ya huérfanos por culpa del SIDA en un total de más de un millón en siete países. «Los huérfanos en Kenia, Ruanda, Uganda y Zambia representan el 95 % del total», informó la OMS el 25 de noviembre de 1996.

Y continuaba: «si, por ejemplo, hacemos la aproximación conservadora de que el número de niños ya huérfanos representa el 10% del total del número de niños con madres infectadas de SIDA en Uganda, esto significa que más de 3 millones de niños están sintiendo el impacto directo de la epidemia solamente en Uganda».

La población actual de menores de 15 años en Uganda es de unos 8 millones. Si 3 millones de ellos están recibiendo el impacto directo del SIDA, entonces no existe ninguna duda de que en estos momentos el SIDA esta afectando a niños inocentes en unas cantidades inimaginables. Tal hallazgo lo deja a uno simplemente sin habla.

Este impacto sólo podía ser superado con creces por la conmoción que ocasiona leer otro informe de la OMS de mayo de 1991 sobre el mismo tema con el obtuso título de: «El cuidado y soporte de los niños de padres infectados con el VIH».

En la página número dos de este informe se encuentra la siguiente nota: «El contenido de este informe confidencial no debe ser divulgado entre personas distintas a las que específicamente se les haya dirigido originalmente. Y no debe ser distribuido ni reproducido ni por ningún motivo podrá ser mencionado en ninguna referencia bibliográfica alguna ni ser citado».

Este extraordinario párrafo va seguido por algunos hechos sobre los huérfanos de SIDA que uno en realidad esperaría ver en los comunicados de prensa distribuidos por la OMS. Pero no. ¿Por qué? Porque la OMS confiesa que «hay una confusión sobre el significado del término huérfano».

Y continúa: «Estudios proyectivos llevados a cabo por la OMS y otros estudios realizados por otras instituciones en muchas otras partes han usado diferentes criterios. UNICEF define a un huérfano como un niño cuya madre murió, (pero) la OMS define a un huérfano como un niño que ha perdido a los dos padres o solamente a la madre. En el estudio mencionado sobre Uganda, un huérfano es un niño que ha perdido uno o ambos padres (es la definición standard para un niño huérfano en Uganda)».

Sin embargo, «perdido» no significa aquí muerto sino simplemente ausente, por lo que la OMS añade una observación nuy ilustrativa: «Uno de los aspectos que más confunden es la extensión en que la ausencia de un padre es la norma en una sociedad dada».

Lo que se ha dicho hasta ahora podría ser más que suficiente para llevarle a uno a examinar todos los informes sobre este tema con el mayor de los escepticismos.

Porque del gran número de familias que tienen un sólo padre en el mundo de hoy, incluso Europa tendría un gran número de «huérfanos» si se aplicase la definición que se usa en Uganda.

La misma OMS admitió en su informe: «En el cálculo del estudio sobre Uganda, no se hizo ninguna distinción en cuanto a la causa de la orfandad, que en algunas áreas incluyó los efectos de las guerra

Se hace aquí referencia a los 20 años de terror que vivió Uganda desde 1966 a 1986, durante los cuales por lo menos un millón de personas fueron muertas y un gran número de niños quedaron huérfanos.

Conclusión.

La gente en África, y particularmente en Uganda, necesitan la ayuda y el apoyo de Occidente tras este largo período de sufrimiento. Pero ni ayuda ni es efectivo que se utilicen datos erróneos y definiciones absurdas para desorientar y distraer la atención de los problemas reales.

La presente situación está conduciendo enormes cantidades de dinero de presupuestos nacionales reducidos y de ayuda exterior para que sean utilizados en campañas que, entre otras cosas, promueven la fidelidad en las relaciones de pareja y el uso de condones.

Esto se hace a pesar de la clara evidencia de que en Europa los 2000 años de manipulación con las enseñanazas cristianas sobre el sexo no han llevado a ningún cambio significativo en el comportamiento sexual de sus habitantes. Y nuestro uso del condón no ha variado significativamente en los últimos 10 años, a pesar de las numerosas campañas realizadas.

La obsesión europea de que en África existe una epidemia de SIDA transmitida heterosexualmente tan sólo puede ser considerada como cínica.

Además, es incomprensible porqué en publicaciones que no son generalmente accesibles, la OMS escribe lo contrario de lo que divulga en los comunicados de prensa.

Uno se pregunta: ¿Por qué están haciendo esto?

Artículo traducido, editado y difundido por Plural 21, Asociación para el cuidado de la vida en un planeta vivo.


Notas:

1El Dr. Christian Fiala és un médico austríaco con muchos años de intensa investigación para obtener datos epidemiológicos sobre el «VIH-SIDA» en Europa, Estados Unidos, África y Tailandia, incluyendo una misión de búsqueda en Uganda y Tanzania. En este artículo expone los métodos indeseables usados por la Organización Mundial de la Salud para llegar a las alarmantes cifras que esta Organización publica sobre el «VIH-SIDA» en África. El Dr. Fiala es el autor el libro sobre el SIDA titulado «Lieben wir gefährlich?» («¿Vivimos Peligrosamente?: un médico investiga los hechos y los antecedentes sobre el SIDA»), que fue publicado el año pasado.
2Y que es de lo que tradicionalmente se ha estado muriendo la gente en esa región.


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