Testimonio de Josep.
Valencia, 6 de marzo del 2000.


Después de 15 años aproximadamente de tomar toda clase de drogas, decidí que quería «vivir» y me fui a un centro para el tratamiento de las drogodependencias. Esto fue en el año 1993.

Unos meses más tarde me hicieron la prueba de la tuberculosis y di positivo y unas semanas después las del VIH y di positivo dos veces. En el período de un análisis a otro las cosas malas que se me pasaron por la cabeza. Empezaba a hacerme preguntas de cómo, cuando y donde me había contagiado e incluso quién.

Durante este tiempo estaba en este centro terapéutico y haciendo terapias de crecimiento personal y de valores logré un poco calmar estas pesadillas y opté por que todo esto me afectase lo menos posible a mi salud.

Desde la analítica de la tuberculosis empiezan a darme tratamiento durante 10 días y después de la segunda analítica (la del VIH) ya confirmada, que me la dijeron en el centro terapéutico, me mandaron al hospital acompañado de mi madre por normas del programa del «Proyecto Hombre». Entramos a la consulta y el miedo, condicionamientos y fantasmas que pasé en aquellos momentos.

Yo creía que todo aquello estaba siendo una pesadilla, que yo en ese momento estaba bien, y lo estaba. Aún así, el doctor me dijo lo que me había pasado y que tenía el VIH-SIDA y que si quería vivir tenía que tomarme los medicamentos de por vida. Mi madre y yo nos quedamos mirando sin decirnos nada. ¿Qué estaba pasando allí dentro? Tenía unos sentimientos de impotencia, tenía tantas ganas de vivir y aquel personaje me estaba diciendo que me iba a morir. Qué crueldad y terror sentía... y rabia.

Así estuve cinco años y medio tomando retrovirales con 200 T4, estaba activo haciendo mis responsabilidades diarias. Con casi 400 T4, lo mismo, yo le comentaba a un compañero que aquello no eran más que números y no era la realidad. En este período entro en el hospital a causa de un cólico de riñón provocado como ya sabemos por el «Crixivan» y perdí seis kilos de peso (año 1999).

En Agosto del mismo año conocí a una asociación llamada A.V.S. y sus testimonios. Decidí con firmeza y seguridad dejar de preocuparme por una enfermedad hasta el momento inexplicable y dejar ya de una vez el tener que ir con pastillas y estar siempre envenenándome. Ya estaba cansado de esta historia.

En septiembre del mismo año tuve un resfriado con fiebres que fue provocado conscientemente, tuve miedos y dudas y me quede débil, con todo ello perdí 9 kilos, pero estaba en contacto por teléfono con mis compañeros y estuve aproximadamente un mes que mi organismo estaba rechazando todo el veneno que había tomado. Mi cuerpo reaccionó más pronto y mejor de lo que me pensaba y empecé a hacer deporte suave y paseos y empecé a tener más apetito.

Seis meses más tarde mi aspecto exterior e interior están cambiando hasta el punto que yo mismo me estoy asombrando. Esto si que es vivir, sin pastillas ni hospitales, ni sacar sangre, ni agujas, cosa que ya tenía ganas de dejar en el pasado. A veces me acuerdo cuando una persona me decía que valía más la pena vivir con dignidad un día que toda la vida arrastrándote.

Si para llegar donde estoy he tenido que pasar por unas experiencias nada agradables, le doy las gracias por todo ello. Y lo he cambiado por una nutrición, descanso, autoestima, actitudes y comportamientos positivos, y valorar las cosas pequeñas para llegar a las grandes.

P.D.: Os doy las gracias por permitirme poder expresarme en estas páginas y a vosotros por vuestro tiempo dedicado a ello, porque no es bueno que nos aislemos y me crea que soy autosuficiente, pues eso suele ser un autoengaño. Desde aquí os animo a que escribáis vuestras experiencias, porque yo con estas páginas me siento bastante satisfecho.

Josep.

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