Testimonio de Auguri.

Julio del 1992, me hacen el test en el centro de desintoxicación en el que estoy ingresado. Teniendo en cuenta que dos años antes mi compañera había dado positivo y todos los años que llebava de prácticas de riesgo, el resultado ya me lo espero: efectivamente ha dado positivo en el test ELISA y en el Western Blot de confirmación también.

No hay duda, soy como el Magic Johnson de la NBA.

Al salir del centro, ya desintoxicado de drogas y con la perspectiva de una nueva vida, se me sugiere hacer una visita a mi médico de cabecera, el cual me deriva al área de «especialistas» del SIDA.

Empieza el calvario de analíticas, serologías, extracciones, pruebas, visitas, etc. dando como resultado una salud excelente, un elevado número de T4 (1.800), negativo al test de la Tuberculina (mandoux) y sólo hay la sospecha de que igual pasé una hepatitis sin enterarme o bien estuve en contacto con el virus de la hepatitis B?, C?, D?. No lo sé, no me acuerdo muy bien.

Todo y así, me recomiendan un tratamiento en prevención de la tuberculosis, a base de Cemidón (durante un año) y la vacuna antineumónica, pues según los médicos, estas dos enfermedades (tuberculosis y neumonía) son las que contraeré, dada mi condición de ex-toxicómano.

Me niego a tomarme las dos pastillas diarias durante el año, de un medicamento cuyos efectos secundarios es que afecta al hígado. Me pongo la vacuna (aún no tenía bastante información) por ser sólo un pinchazo y ya está. Durante tres o cuatro días padezco los síntomas de una auténtica neumonía, cosa que antes nunca había sucedido.

Continúo haciéndome las analíticas de rigor, cada cuatro o cinco meses, y la visita médica pertinente en la que al final siempre sucede lo mismo: el médico invitándome a tomar el Cemidón, y yo negándome.

Las analíticas van indicando que mis T4 van disminuyendo, y de 1.800 que tenía en el 1992, paso a tener aproximadamente la mitad a principios del 1996. Por estas fechas se me invita a participar en un estudio sobre seropositivos asintomáticos que no tomamos medicación para hacernos la prueba de la «carga viral», que empieza a usarse como medida de la enfermedad.

El modo tan autoritario y despectivo por parte del médico al comunicarme tal estudio, y el comienzo de un contacto con la asociación COBRA me hacen tomar la decisión de ya no ir más al médico ni de hacerme las analíticas. A partir de aquí empieza otra nueva etapa en mi vida en la cual pierdo los pocos miedos que tenía respecto a esta enfermedad, y empiezo a adquirir nuevos conocimientos en temas de salud que nada tienen que ver con la medicina oficial.

Experimento con nuevas formas de nutrición (más vegetariano, integral, biológico, etc.). Practico el ayuno, urinoterapia, meditación, etc. y otras formas y técnicas de restablecer o mantener la salud, de forma natural económica, no agresiva, y sobre todo, responsable.

¡Nunca más la responsabilidad de mi vida y mi salud en manos de extraños y de médicos funcionarios irresponsables!.

Actualmente mi estado de salud es satisfactorio, salvo alguna irregularidad sin importancia (algún resfriado, gripe, etc.). Desde el año 1996 que no he vuelto a visitar un médico y desconozco (ni falta que me hace) mi número de T4, ni mi «carga viral» si es que la hay.

Sólo sé (entre otras cosas) que me levanto por la mañana, me siento bien, y tengo la suficiente energía para seguir luchando porque mi vida sea cada vez más libre en el amplio sentido de la palabra.

Hasta pronto, salud y libertad.

Auguri.
En el 1996, al tomar contacto con COBRA y otros etiquetados seropositivos como yo, surge la propuesta de formar la asociación AVES (19 de julio de 1996). Al año siguiente, se hace el acta fundacional de la asociación (9 de junio de 1997). El 2 de octubre de 1997 se lanza el proyecto AVES y el 1 de diciembre del mismo año difundimos nuestro primer manifiesto con motivo del dia mundial del SIDA. Cambiamos el nombre de la asociación (AVES por Asociación de Vencedores del SIDA, AVS). A finales de 1998 publicamos nuestro primer boletín (200 ejemplares), y actualmente somos unos 60 asociados, todos etiquetados como seropositivos.

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