Diario Ya. Domingo, 12 de mayo de 1981.

Sanidad: Grave error de información.
La neumonía atípica.

En todo Estado democrático el poder ejecutivo debe informar a través de los departamentos correspondientes de toda situación de emergencia. Así viene sucediendo con la actitud del Ministerio de Agricultura ante los incendios forestales, pidiendo la colaboración ciudadana para ayudar a evitarlos, y cuando se producen, colaborar en su extinción, tratando de evitar pérdidas humanas y daños materiales.

En los últimos días, con motivo de un ligero aumento en la incidencia de casos de neumonía atípica, especialmente grave en determinados pacientes, se ha producido lo que se puede llamar una intoxicación informativa protagonizada por el secretario de Estado para la sanidad, doctor Sánchez Harguindey. Quizá lo locuacidad informativa tenga un objeto positivo para la población del área de Madrid, pero creemos que el señor Sánchez Harguindey no ha valorado la faceta negativa, es decir, la creación de una situación de terror y psicosis de neumonía atípica, que repercute involuntariamente de modo negativo sobre el estado de ánimo de la población.

Todos los medios de información han repetido machaconamente el asunto de la neumonía atípica. Primero tratando de identificarlo con los casos de la enfermedad de los legionarios, para finalmente aceptar que son simples casos de neumonía atípica primaria producida por el virus eaton, que se trata eficazmente coa el antibiótico eritromicina.

La explicación de los casos más graves que han aparecido puede hacerse a través del concepto epidemiológico denominado «genio epidémico» o factor X. Porque todos los años en la primavera aumenta la incidencia de las enfermedades virales, entre ellas la neumonía atípica.

La creación de una oficina de información permanente para que los ciudadanos consulten se ha bloqueado de inmediato. La afluencia masiva a los hospitales, algunos pacientes hasta dos veces en el día, cuando padecen cualquier proceso febril con malestar general, el miedo y terror se generalizan.

Pero esta desmesurada locuacidad informativa también puede repercutir desfavorablemente sobre nuestra industria turística. Así lo aprovecharán más de una agencia de viajes extranjera. La psicosis se puede extender al resto del país. Toda esta actitud es una muestra de lo que desde el poder ejecutivo no debe hacerse nunca, menos aún cuando no hay bases reales para crear tal neurosis de pánico.

Los casos que se han observado tienen preferentemente carácter familiar. Los fallecimientos no llegan a cinco de un total de 60 casos. Aunque ciertamente algunos han revestido una especial gravedad, de igual modo que continúan presentándose casos de meningitis meningocócicas mortales y otros se curan totalmente, o casos numerosísimos de hepatitis que curan en su mayoría, aunque algunos pueden tener una evolución desfavorable. Los síntomas de la enfermedad comienzan como un proceso infeccioso viral, con dolor de cabeza, dolores musculares, cierta obnubilación, síntomas gastrointestinales (vómitos y/o diarrea). A los pocos días de comenzar la enfermedad puede desaparecer todo el cuadro clínico espontáneamente, o por el contrario se agrava y aparecen unas lesiones en piel, predominantemente en tórax (recuerdan el exantema del sarampión), y a la vez comienzan los síntomas de dificultad respiratoria acompañado de cianosis (amoratamiento de labios y extremidades). Todo ello se desarrolla con rapidez. La neumonía afecta a, uno o los dos pulmones (preferentemente el tejido perialveolar o intersticial), se producen derrames pleurales, y el paciente puede fallecer en un cuadro gravísimo de «shock» infeccioso tóxico. Cuando el paciente evoluciona tan desfavorablemente es preciso su ingreso en una unidad de cuidados intensivos. En casi todos los casos tratados con eritromicina la mejoría se ha producido, a no ser que el enfermo llegase al médico en estado preterminal.

Creemos que la Secretaría de Estado para la Sanidad tiene muchos más problemas pendientes, sin que con esta alegación pretendamos quitar la importancia que tiene el salvar aunque sea una sola vida. Que se dedique a ordenar, vigilar y controlar correctamente el deficiente funcionamiento de nuestra Sanidad, que tiene todavía mucho camino por recorrer y muchos entuertos que arreglar.

Ya empiezan las madres a negarse a llevar a los niños al colegio, etc., por miedo, injustificado, producido desde la Secretaría de Estado. Esto no es serio.

La campaña de intoxicación informativa acerca del problema médico de la ¿neumonía atipica? es, por lo menos, inoportuna, alarmista y de efectos negativos para el ciudadano, al que el ejecutivo debe gobernar en razón del voto mayoritario que le entregó, pero no le votó para emprender una campaña tan lamentable como la que está desarrollando.

¿Por qué no informa el señor Sánchez Harguindey de que al Insalud le han sobrado 17.000 millones de pesetas este año, que debían haberse aplicado a mejorar nuestra depauperada Sanidad en el primer año, según dicen, para la reforma sanitaria?. Eso sí es una información que interesa a todos los españoles, y no los casos de neumonía atípica de Madrid.

Con el regreso del doctor Valenciano desde Ginebra esperamos que la desorbitada información sobre los casos de ¿neumonía atípica? vuelva a los cauces normales, según nos tiene acostumbrados el experto director general de Salud Pública, hundiéndose el castillo de naipes informativo que se ha montado desde un equivocado sensacionalismo sanitario, que igual que puede paralizar la actividad escolar pudiera paralizar las fábricas y Administración por el pánico, puesto que la enfermedad afecta a todas las edades. Tal actitud más que de informar es desinformar. Seguro que no estamos ante una enfermedad desconocida. Los españoles sólo descubrimos América y muy poco más desde entonces. A la vista está.

Una posibilidad que pudiera explicar estos casos sería la de una intoxicación por insecticida «spray», que al inhalarse afectarán primero al pulmón y luego al hígado y sangre. Estos cuadros clínicos tan localizados a familias enteras tendrían una mejor explicación que la de una simple infección viral (neumonía atípica). En las intoxicaciones por el fósforo orgánico si se recibe por vía de inhalación se pudiera explicar el cuadro clínico tan limitado a unas cuantas familias. La realidad es que los casos que han fallecido más impresión dan de una intoxicación. Que de una infección viral. Los estudios bioquímicos y anatomopatológicos serán definitivos para el esclarecimiento de los casos. Los virólogos y bacteriólogos aún no se han definido.

Doctor A. Peralta Serrano.


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