Ardi Beltza. Número 8. Agosto del 2000.

Organismos de EEUU falsean datos sobre el SIDA en África.
Andrea García.
Madrid.

Muchos científicos disienten de las teorías oficiales sobre el SIDA, que sitúan su origen en África, pero sus opiniones son silenciadas. Últimamente se ha sumado a ellas la del presidente de Sudáfrica, Thabo Mbeki. En el Estado español es la Asociación de Medicinas Complementarias (A.M.C.) quien edita los textos críticos.

Centers Disease Control (CDC).La primera declaración sobre el SIDA la efectuó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1985. Los especialistas de la unidad de Enfermedades Transmisibles lo consideraron «una exageración proveniente del país originario del SIDA, EEUU». Aquel año, el control pasó a manos de un científico de los Centros para el Control de Enfermedades de Atlanta (CDC). Entonces la OMS empezó a hablar de epidemia.

Los CDC y Bangui.

Los CDC de Atlanta se dedican al seguimiento de enfermedades, infecciosas o no, a escala mundial, por lo que reciben dos billones de dólares anuales. Ellos imponen las teorías oficiales y acallan estudios alternativos. En el episodio del aceite de colza en el Estado español, los investigadores oficiales trabajaron al dictado de los CDC.

World Health Organization (WHO).En octubre de 1985, el Congreso de Bangui estableció los criterios de diagnóstico de SIDA en África. Lo organizó el Servicio de Inteligencia de Epidemias (EIS) de los CDC, conocido por los epidemiólogos como la «CIA médica». Los síntomas fueron los de la malnutrición: adelgazamiento, diarrea y fiebre, sobre todo. La OMS aceptó la «definición de Bangui».

En África o en EEUU.

La primera identificación oficial de casos de SIDA fue en 1981 y en EEUU. Tras la «creación» de los síntomas de Bangui, los CDC dedujeron que unas muertes en África en 1976 se debieron al SIDA, «demostrando así» el origen africano de la enfermedad. En 1986, los casos de SIDA en África fueron 1.096 y en EEUU 26.566.

La hipótesis oficial sitúa hoy en África subsahariana al 80% de la población infectada por el VIH; y la prensa afirma que el SIDA causa una de cada cinco muertes allí. En abril, Clinton anunció el aumento de la ayuda norteamericana a 47.000 millones de pesetas contra el SIDA en el Tercer Mundo, declarando que es «una amenaza para la seguridad nacional de EEUU».

¡Queremos los venenos más baratos para todos los africanos!.Las multinacionales farmacéuticas tienen un inmenso mercado. En mayo decidieron abaratar los medicamentos contra el SIDA de venta en África. Entre ellos está el AZT, de toxicidad demostrada y cuya capacidad de causar SIDA parece cierta.

SIDA y control de la natalidad.

Según la A.M.C., las estrategias de control demográfico y las teorías oficiales sobre el SIDA van de la mano. En 1988, un documento de estrategia militar estadounidense incluía el crecimiento de la población del Tercer Mundo entre las grandes amenazas para su seguridad, y expresaba la posibilidad de que la epidemia del SIDA lo frenara.

Las enfermedades de la pobreza (malaria o tuberculosis), redefinidas en África como SIDA, dejan de ser tratadas con fármacos gratuitos. Además, quienes las sufren se creen infectados por el VIH y dejan de buscar ayuda médica pensando que es una enfermedad incurable.

La alarma de contagio también provoca una reducción de la natalidad. Las campañas para no mantener relaciones sexuales sin preservativos son millonarias, y a las africanas se les insiste en que no tengan hijos si dan positivo a los tests del VIH; tests que no son específicos, pues las enfermedades endémicas de la pobreza dan falsos positivos.

Las teorías de los CDC se transmiten mediante acuerdos con organizaciones y gobiernos con subvenciones para la «educación» del SIDA. La Cruz Roja norteamericana recibió más de 19 millones de dólares entre 1988 y 1991.


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