PROGRAMAS DE AJUSTE ESTRUCTURAL  (P.A.E.)
(Más información sobre la Deuda Externa :  Zordunok  Rcade -Bilbo   www.nodo50.org/zordunok)

 

Son recetas económicas impuestas por el Fondo Monetario Internacional para poder recibir nuevos créditos y no ser expulsado del sistema financiero internacional. Se encaminan a conseguir una balanza positiva, es decir, importar el mínimo y exportar el máximo, a la vez que se privatizan las empresas estatales más rentables y se recortan al máximo todas los gastos sociales. De esta manera el país puede ir devolviendo la deuda. Estos programas tienen unos efectos nefastos sobre las poblaciones más desfavorecidas.

Es la condición impuesta por el FMI y/o el Banco Mundial a un país para otorgarle respaldo financiero destinado a afrontar un grave problema de pagos internacionales.

Se trata de una receta única y de pretendida validez universal, que se aplica con independencia de la situación particular de cada país. Durante las dos últimas décadas del siglo XX  se han sometido a ella más de noventa países del Sur y del Este, lo que da una idea de su importancia.

Los Programas de Ajuste Estructural (PAE) surgieron a comienzo de los años 1980, como respuesta de las instituciones de Breton Woods a la crisis de la deuda externa del Tercer Mundo, y luego se extendieron a los países del Este, tras la debacle de las economías del bloque soviético.

Los PAE obedecen a una concepción extremadamente ortodoxa de la política económica, que años más tarde sería bautizada por sus propios impulsores como el Consenso de Washington, pretendiendo dar a entender su universal aceptación por parte de los expertos en desarrollo económico. Sin embargo, esto no era cierto y desde el principio surgieron voces críticas que denunciaron los terribles efectos económicos y sociales que acompañaban a la puesta en marcha de los PAE, pero pasaron muchos años antes de que se les hiciera algún caso, dada la hegemonía del "pensamiento único" neoliberal de esta época.

LA LÓGICA DEL AJUSTE: POLÍTICA DE ESTABILIZACIÓN Y REFORMAS ESTRUCTURALES.

Los Programas de Ajuste Estructural comprenden medidas estabilizadoras, que reducen la demanda, y medidas estructurales, que actúan sobre la oferta.

 
La política de estabilización intenta corregir lo que se consideran excesivos déficit de los presupuestos públicos y de la balanza de pagos , debidos a una demanda superior a la oferta del país. El retorno al equilibrio, concepto básico de la ortodoxia económica, se conseguirá mediante un política de reducción enérgica de la demanda, que ajuste el consumo interno del país a su capacidad de producción.

Esta intervención macroeconómica debe dar sus frutos a corto plazo (uno o dos años), utilizando instrumentos de política monetaria y presupuestaria. Se trata en definitiva de un verdadero plan de austeridad, de un ajuste recesivo, que conduce a una interrupción o incluso a una caída en el crecimiento del producto nacional.

Por su parte, las políticas estructurales buscan adaptar las condiciones de la oferta de la economía, de manera que posibiliten un crecimiento económico a medio o largo plazo. Dentro de la ortodoxia neoliberal, la mejor forma de estimular el crecimiento de la producción interna es favorecer el libre juego del mercado, permitiendo que la iniciativa privada asigne los recursos donde encuentre mejores perspectivas de beneficios. Se tratará, por tanto, de liberalizar la economía, abrirla al exterior y disminuir la presencia del sector público.

Estabilización y reformas estructurales pueden, teóricamente al menos, ser fases sucesivas de un programa de ajuste estructural, o actuar simultáneamente, pero en cualquier caso son elementos complementarios, de modo que en la visión ortodoxa que domina las instituciones de Breton Woods, los inevitables sacrificios que impone la estabilización se verán recompensados por un mayor crecimiento en el marco de una economía saneada. Es decir, tras la purga presente y palpable que supone el plan de austeridad (ya que antes se ha vivido "por encima de las posibilidades"), el ajuste estructural posiblemente, traerá en un futuro más o menos cercano un producto mayor (lo que, de ser cierto, no implica que su distribución sea más equitativa).

Para reducir bruscamente la demanda se utilizan prioritariamente instrumentos de política monetaria y presupuestaria.

Instrumentos de política monetaria:

·         Se restringe la oferta monetaria interna, contrayendo crédito para evitar presiones inflacionarias.

Instrumentos de política presupuestaria:

1.       A fin de disminuir el déficit público: se actúa contundentemente para reducir el gasto público corriente sea éste de :

a.       personal (mediante despidos y rebajas salariales),

b.       de funcionamiento (sanidad, educación,...),

c.       subvenciones al consumo de bienes esenciales (pan, transporte colectivo, ...),

d.       de explotación a las empresas públicas.

2.       Y aunque no es en principio lo recomendado, también suele reducirse el gasto público en inversión para poder alcanzar los objetivos previstos. El ajuste presupuestario descansa normalmente en el lado del gasto.

3.       Para estimular y reorientar la oferta, el conjunto de medidas es muy amplio y variado según el país de que se trate, pero la gama de instrumentos utilizados se parece mucho en todos los casos.

4.       El tipo de cambios debe adaptarse a las condiciones de mercado, lo que supone la devaluación de la moneda nacional.

5.       El régimen de intercambios exteriores debe liberalizarse, es decir, abrir el mercado interno a la competencia internacional eliminando las barreras a la importación, al tiempo que se suprimen las subvenciones e impuestos a la exportación. Así, el sistema de precios interno se aproxima al del mercado mundial, desapareciendo las producciones no competitivas y reorientándose los recursos hacia los sectores exportadores mas rentables.

6.       Debe reestructurarse el sector público, lo que se traduce normalmente en la privatización de las empresas potencialmente rentables y el desmantelamiento de otras. Se suprimen las trabas institucionales y administrativas que dificultan la inversión privada, esto es, flexibilizar el mercado de trabajo, reducir las cotizaciones empresariales, etc.

7.       Medidas que faciliten la inversión extranjera, tales como la liberalización de los movimientos de capitales.

En definitiva, liberalización interna y retorno a las leyes del mercado, junto con apertura al mercado mundial y liberalización externa: Con ello se estimulará la mejor asignación posible de los recursos productivos.

LOS VERDADEROS OBJETIVOS Y RESULTADOS DE LOS P.A.E.

Visto de otro modo, un Programa de Ajuste Estructural del FMI y/o el Banco Mundial trata de conseguir generar los excedentes en divisas necesarios para que el país pague el servicio de su deuda externa. Para eso, la política de contracción de la demanda contribuye a reducir las importaciones, y la reorientación de la producción hacia la exportación posibilita la obtención de excedentes en la balanza comercial.

Todos los elementos desreguladores facilitan el acceso al mercado de ese país por parte de las empresas de los países desarrollados, bien sea mediante la exportación de sus productos, bien sea mediante la inversión directa y consiguiente instalación en el país, por la vía de las privatizaciones o al margen de ella. Es decir, los Programas de Ajuste Estructural favorecen los intereses de las empresas multinacionales y bancos del norte, lo que no debe sorprender cuando se tiene en cuenta quién controla las instituciones de Breton Woods.

Los Programas de Ajuste Estructural han sido objeto de muy variadas críticas por los efectos que producen sobre las economías en las que se vienen aplicando. Hay un tipo de crítica radical que cuestiona su propia existencia, negando a organismos externos legitimidad alguna para condicionar la política económica de países soberanos. Otras críticas importantes a los programas de ajuste han venido de instituciones internacionales como UNICEF o la OIT que, sin cuestionar la necesidad de las reformas estructurales, y que éstas requieren asistencia técnica y financiera internacional, discrepan con el FMI y el Banco Mundial sobre los objetivos prioritarios y los medios a utilizar.

En efecto, ya en 1987 se publicó un estudio encargado por UNICEF bajo el significativo título de "Ajuste con rostro humano", con la loable intención promover el crecimiento, protegiendo al vulnerable. Este libro contiene una crítica demoledora sobre los efectos negativos que los Programas de Ajuste Estructural tienen sobre los más débiles (pobres, mujeres, niños y ancianos).

El estudio de UNICEF sostiene que el ajuste no restablece el crecimiento, que es imprescindible incorporar la dimensión humana (protección de los más débiles, nutrición, salud) como un objetivo explícito del ajuste. Sostiene también que frente al ajuste recesivo en el sur, se impone realizar cambios que conduzcan a un suficiente nivel de vida, de inversión y protección de las necesidades humanas, así como que el ajuste debe darse también en los países desarrollados y el sistema internacional. Se insiste también en que el ajuste debe adaptarse a cada caso concreto, puesto que no existe una receta única, como habitualmente dan a entender el FMI y el Banco mundial.

Numerosas investigaciones posteriores han reforzado esas críticas, subrayando la primacía del bienestar de las personas sobre posibles beneficios futuros de un brutal ajuste macroeconómico, que se aplica a modo de receta universal, sin tener en cuenta las circunstancias específicas de cada país. Y sin extraer, además las lecciones que derivan de las políticas de desarrollo aplicadas por varios países del sudeste asiático durante el último cuarto de siglo, cuyo indiscutible éxito contrasta con los resultados del ajuste estructural, y se basa en recetas bien distintas a la preconizada por las instituciones de Bretton Woods.

Sin embargo, esas críticas apenas han hecho mella en la práctica de ambas instituciones, aunque, a diferencia del FMI que apenas ha cambiado su discurso, desde principio de los años noventa el Banco Mundial ha suavizado un poco el enfoque neoliberal más radical de los ochenta. Pero en la práctica ambas instituciones se vienen limitando a diseñar redes de protección social para proteger a grupos muy vulnerables de los perjuicios ocasionados por la aplicación de sus propios programas de ajuste

Por ello, los programas impuestos por el FMI y el Banco Mundial siguen contribuyendo a acentuar muchas de las repercusiones negativas que la asimetría de las relaciones internacionales provocan en las áreas periféricas de la economía mundial, ya que sus efectos están muy lejos de ser los pretendidos.

En cuanto al crecimiento económico, en muchos casos han resultado un verdadero fracaso, como en África del Sur del Sahara o en el este de Europa, y en otros la recuperación que se atisba no se asienta sobre bases sólidas. Esto se debe en gran medida a una de las grandes víctimas de estos programas: la inversión, juzgada imprescindible, siempre tiende a sucumbir a manos de la resolución de lo inmediato, el pago del servicio de la deuda externa. Dicho de otro modo, priman los intereses de los países desarrollados, que son quiénes envían al FMI y al Banco Mundial a cobrar, sobre el crecimiento futuro de los subdesarrollados.

Y lo peor es que llegue o no llegue el crecimiento, los costes socioeconómicos, ecológicos e incluso políticos están garantizados. Los Programas de Ajuste privilegian los intereses inmediatos de los poderosos del Norte frente a la perspectiva de un desarrollo humano y sostenible para el conjunto del planeta.

CONSECUENCIAS DE LA DEUDA EN LA VIDA DE LOS PUEBLOS

·         Suprime la posible capacidad de actuación de los estados

Una vez que se asume el marco de negociación de la deuda externa y que se requieren nuevos créditos para seguir este tipo de endeudamiento para no ser excluido del sistema, se asume este modelo económico y los nuevos gobiernos que van llegando a los países no tienen capacidad de modificarlo.

Con este sistema se está generando una desesperanza en el ámbito de lo político, porque el ámbito de lo económico está absolutamente blindado por estos procedimientos. La mayor parte de los países más endeudados está, hoy día excluidos de los circuitos productivos, económicos, comerciales y, en particular, de los circuitos financieros y de capital del sector privado.

·         Subordina a los pueblos

La deuda llega a ser la cadena perpetua de los pueblos deudores, el principal instrumento de su explotación y dominación, la destrucción de su soberanía económica y política.

Los países deudores tienen pues que renegociar todos los años los términos de la deuda con los países y los organismos financieros acreedores. Estas negociaciones no se realizan evidentemente de igual a igual sino entre el fuerte, que puede imponer sus condiciones y el débil, que debe aceptarlas, si quiere sobrevivir.

Ahora, aceptar las condiciones dictadas por los acreedores significa para el país deudor renunciar a su soberanía económica y política, que no son separables. Significa aceptar que toda la vida económica del país sea organizada del modo más eficiente ya no en función de los intereses del país, sino para conseguir las divisas necesarias al pago de la deuda o por lo menos de los intereses. Organizada entonces no para enriquecer al país sino para empobrecerlo. Significa oficializar de manera definitiva una relación neocolonial de explotación y dominación y restablecer la esclavitud.

·         Reestructura la vida económica del país.

La deuda representa una justificación permanente de la políticas económicas neoliberales que tienen justamente, entre sus objetivos, el de subordinar la economía al servicio de la deuda y, más generalmente, el de romper en el país todas las barreras que impiden la irrestricta libertad del mercado y la toma del poder económico y político de parte del capital financiero transnacional.

Concretamente esta reestructuración de la vida económica suele significar por ejemplo:

a.      Monetarización de la economía, es decir reducción de las inversiones productivas y fomento de las inversiones especulativas: por consiguiente, la economía se vuelve cada vez más autónoma respecto a la vida del país y más indiferente a las necesidades primarias de la gente;

b.      Aumento de las exportaciones y por lo tanto de la producción de bienes que se pueden vender en el mercado internacional;

c.       Reducción de las importaciones, inclusive de bienes necesarios a la población (alimentos, medicinas...)

d.      Fomento de la inversión extranjera, que supone la reducción del costo de trabajo y el otorgamiento de condiciones privilegiadas a aquellas empresas;

e.      Reducción del poder y de los derechos de los trabajadores; represión de sus organizaciones;

f.        Privatización de las empresas y de los servicios públicos;

g.      Reducción o eliminación del papel regulador del estado en la economía del país

h.      Reducción del déficit fiscal del Estado, por lo tanto del gasto público, y desmantelamiento de los servicios sociales

·         Parálisis del desarrollo o incremento del subdesarrollo.

El pago de la deuda absorbe una parte creciente de los recursos del país, que sería urgente invertir en el desarrollo y en la solución de los problemas vitales. La deuda se convierte entonces en un canal de extorsión legal de los recursos.

El crecimiento de la deuda conlleva a la disminución del crecimiento económico del país. Se crea por tanto una contradicción central entre el servicio de la deuda y el servicio del pueblo; o, si se quiere, entre la deuda externa y la deuda interna, que el estado tiene con su pueblo.

El hecho de que una parte de ayuda al desarrollo se contabilice como condonación de la deuda, detrae recursos para posibles proyectos que normalmente se dedicarían a satisfacer necesidades primarias de las poblaciones. La deuda se convierte así en una cuestión de vida o muerte.

·         Profundiza las desigualdades sociales y agudiza la lucha de clases.

Las condiciones impuestas a la economía del país por los acreedores, favorecen los intereses de las minorías privilegiadas, por ejemplo de los empresarios nacionales o extranjeros que producen y comercializan bienes exportables; al mismo tiempo aumenta la pobreza, el desempleo, el hambre, la marginación de las grandes mayorías, y provocan el desmantelamiento de los servicios sociales, de salud...

El servicio de la deuda es entonces una fuente permanente de desigualdad e injusticia social y por lo tanto agudiza la lucha de clases. Las relaciones internacionales de dominación engendran relaciones análogas a nivel nacional. Así las burguesías nacionales, beneficiarias de los préstamos, se convierten en aliadas de los prestamistas y colonizadores; por tanto en enemigos de la soberanía nacional y agentes de la dominación extranjera.

·         La deuda favorece el autoritarismo, la militarización del país y represión de los movimientos populares.

El estado deudor se encuentra en la necesidad de sofocar el descontento social generado por su política económica. Se fortalece entonces en su seno las tendencias autoritarias y militaristas.

El poder ejecutivo, títere del poder económico nacional y transnacional prevalece sobre el poder legislativo y el judicial. Así la supuesta democratización de la economía destruye al mismo tiempo la soberanía nacional y la democracia.

En este contexto, una de las inversiones principales de los préstamos suele ser la carrera armamentista y por lo tanto la militarización del país. Inversión que no es sólo inútil para el pueblo sino que le brinda al estado instrumentos para reprimir las movilizaciones populares de protesta contra las medidas neoliberales.

·         Destruye los recursos naturales

La manera de tratar de conseguir divisas como sea lleva consigo una explotación desmedida de las riquezas naturales de la mayor parte de estos países, de tal manera que suelen dedicar las tierras más fértiles a productos para la exportación y las menos fértiles para el consumo interno.

Suele suceder también , que en países con estas carencias de infraestructura se recurra a materias no perecederas como la madera, es fácil talar los bosques y fácil exportarla, deforestación a la que induce la necesidad desproporcionada de generar exportaciones, también se da el cultivo de plantas utilizadas en la producción de drogas como alternativa rentable a otras producciones de precio más desventajoso.

Como consecuencia a todas estas implicaciones inherentes a este modelo económico que trajo la deuda externa nos encontramos con fenómenos de deterioro ambiental, de una sobre-explotación de los recursos.

Otro de los recursos que están siendo fuertemente explotados son los fondos marinos. Estos países no solo tienen que pescar más e intentar exportar sus pescados , sino que ceden la explotación de sus fondos a otros países para obtener un canon sobre esa explotación.

·         Dificulta la inversión en infraestructuras

La importaciones de bienes, servicios y tecnología para las posibles nuevas industrias y para las necesarias infraestructuras devienen sólo posibles en muy pequeña medida.

La deuda impide que se pongan en marcha unas infraestructuras que además necesariamente las tiene que poner un estado, porque las entidades privadas no pueden, ni quieren gastar en hacer las líneas férreas ni diseñar una estructura de carreteras, éste es un papel que tiene que ser asumido por el sector público.

Esto impide que el ahorro se canalice hacia la inversión y la inversión produzca un futuro crecimiento económico.

Las implicaciones económicas y sociales de todos estos aspectos:

·         la falta de gastos educativos,

·         de gastos sanitarios, de saneamiento de aguas,

·         de infraestructuras económicas

es hoy un panorama en los países endeudados del Sur bastante homogéneo.

·         Pérdida de oportunidades para las generaciones futuras

En África subsahariana el nivel de alfabetización ha bajado en los últimos años .

Se cierran escuelas, hay una fuerte pérdida de valores culturales que además tiene un efecto muy importante para la democratización, la gente no reclama sus derechos en la medida en que no es formada y sigue estando en un ámbito totalmente al margen de lo que ocurre en el poder político y económico.

Se está creando una situación de marginación como consecuencia de este deterioro y un fenómeno bastante grave es el decrecimiento económico. Algunos países africanos están en niveles de renta per cápita como en los años 50 y 60, éste es un fenómeno sin precedentes en la historia económica mundial. Se está creando un deterioro de nivel de vida y de explosión demográfica acompañado de la falta de protección absoluta que padecen en parte por el mal funcionamiento de los gobiernos de estos países y en parte por tener que dedicar grandes importes de divisas a pagar la deuda.

LA DEUDA ECOLÓGICA

El concepto de Deuda Ecológica aporta nuevos elementos para enfocar el peso de la Deuda Externa sobre la calidad de vida de los pueblos. Al analizar el saqueo que ha sufrido América latina y el Caribe a lo largo de los últimos quinientos años, saqueo que continúa con diferentes modalidades pero iguales resultados, es necesario replantear la individualización de quiénes son los deudores y quiénes los acreedores.

Como contrapunto a la lectura financiera del Norte, constatamos que el Sur es acreedor ecológico, social y cultural de quiénes pretenden cobrar una deuda ilegítima, los mismos que han edificado su poderío económico y político con la sangría de los recursos del Sur.

Pero a su vez, todos somos deudores de las futuras generaciones a las que no podemos dejar un universo devastado por el uso irresponsable y codicioso de la naturaleza. "La destrucción ambiental se debe más a la presión de la economía globalizante que a la presión del aumento de la población."

La Deuda Ecológica debe tratarse como argumento irrefutable para cuestionar el modelo neoliberal y capitalista que nos han impuesto, inhumano en los modos de producción, el uso de los recursos y la mercantilización de todos los aspectos de la vida de las personas y de los pueblos.

En efecto: los países del Norte tienen una deuda con el Sur, por el intercambio ecológicamente desigual, por la extracción y exportación de los bienes naturales del Sur que están destruyendo los ecosistemas y la base de supervivencia de los pueblos.

A eso se suma la apropiación intelectual, histórica y actual, de los conocimientos ancestrales sobre los que se sustenta la biotecnología y la agroindustria moderna, por las cuales pagamos regalías.

El Sur es acreedor de los países del Norte por el uso y la degradación de las mejores tierras, del agua y del aire y de la energía humana...poniendo en riesgo la seguridad alimentaria y cultural de las comunidades locales...por la contaminación de la atmósfera que hacen los países industrializados con sus desproporcionadas emisiones de CO2, deterioro de la capa de ozono y por el uso gratuito de los servicios ambientales... por la producción de residuos tóxicos y de armas químicas que se envían al Sur; y por las pruebas y accidentes nucleares que ponen en riesgo al conjunto del planeta.


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