El Programa de Armas Antimateria de la Fuerza Aérea fue acosado públicamente, luego vino la orden oficial de silenciarlo.

Keay Davidson , Escritor Científico del Chronicle kdavidson@sfchronicle.com .  lunes, 4 de octubre de 2004

La Fuerza Aéreza estadounidense está gastando a la chita callando millones de dólares en la investigación de formas de uso de una fuente de poder radical: la antimateria,   the eerie "mirror" of ordinary matter – para futuras armas.

La más poderosa fuente de energía potencial que actualmente se piensa que está disponible para la humanidad, la antimateria, es un término habitualmente utilizado en películas de ciencia ficción y series televisivas, cuyos héroes vuelan en "naves propulsadas por la antimateria", y luchan con "pistolas de antimateria".

Pero la antimateria, en sí misma, no es una ficción. Existe realmente y ha sido profusamente estudiada por los físicos desde 1930. En cierto sentido, la materia y la antimateria son como el yin y el yang de la realidad. Cada tipo de partícula subatómica tiene su contrapartida en antimateria. Pero cuando la materia y la antimateria colisionan, se aniliquilan mutuamente en un inmenso estallido de energía.

Durante la Guerra Fría, la Fuerza Aérea aportó fondos a numerosos estudios científicos basados en la física de la antimateria. Con el conocimiento adquirido, algunos insiders de la Fuerza Aérea están empezando a pensar seriamente en los usos potenciales militares, por ejemplo, en bombas de antimateria tan pequeñas como para caber en una mano, y en aparatos de antimateria para los 24/7 aviones de vigilancia.

Los usos más cataclísmicos incluyen una nueva generación de super armas, o puras bombas antimateria o armas nucleares accionadas por la antimateria.   Las primeras no emitirían lluvia radioactiva. Otra posibilidad son las armas de "pulso electromagnético" de potencia antimateria, que pueden freir la red eléctrica y las redes de comunicaciones de un enemigo, dejándolo literalmente a oscuras e incapaz de operar su sociedad y sus ejércitos.

Tras una investigación inicial de The Chronicle este verano, la Fuerza Aérea prohibió a sus empleados que comentasen públicamente el programa de investigación antimateria.   A pesar de ello, aparecen detalles sobre este programa en numerosos documentos de la Fuerza Aérea, distribuidos por Internet antes de la prohibición.

Entre ellos se encuentra un resumen de un discurso realizado por un oficial de la Fuerza Aérea en marzo del 2004 quien, en efecto, descubrió el pastel sobre las grandes esperanzas de la Fuerza Aérea en las armas antimateria. El 24 de marzo, Kenneth Edwards , director del equipo de "municiones revolucionarias" de la Junta Directiva de Municiones en la Base Eglin de la Fuerza Aérea en Florida fue el orador fundamental en el congreso del Instituto de Conceptos Avanzados de la NASA (NIAC) de Arlington, Va.

En la charla, Edwards discutió acerca de los usos potenciales de un tipo de antimateria denominada positrones.  

Los físicos conocen a los positrones o "antielectrones" desde principios de 1930, cuando Carl Anderson   científico de Caltech, descubrió un positrón volando a través de un detector en su laboratorio. Este descubrimiento, y el   reciente descubrimiento de "antiprotones" realizado por los científicos de Berkeley en los años 50,   apoyan una teoría sobre la antimateria vigente en los años 20, propuesta por el físico Paul Dirac .

En 1929, Dirac sugirió que las partículas constituyentes de los átomos, electrones (partículas de carga negativa) y protones (partículas de carga positiva) tenían su contrapartida antimaterial:: antielectrones y antiprotones. Una diferencia fundamental entre materia y antimateria es que sus partículas constituyentes subatómicas transportan cargas eléctricas opuestas. Así, mientras que un electrón ordinario está cargado negativamente, un antielectrón está cargado positivamente (de ahí el término positrones, que significa "electrones positivos"), y mientras que un protón ordinario está cargado positivamente, un antiprotón tiene carga   negativa.

Lo apasionante es sin embargo esto: si los electrones o protones colisionan con sus contrapartes antimateriales, se aniquilan unos a otros. Haciéndolo así liberan mucha más energía que cualquier otra energía conocida, incuso las bombas termonucleares.

La energía de una colisión entre positrones y antielectrones es " 10 billones de veces … la de una gran explosión ", explicó Edwards en su conferencia de marzo. Además, un gramo de antimateria, una veinticincoava parte de una onza (28,35 gramos.) , equivaldría a   " la energía de los tanques de fuel de 23 transbordadores espaciales ." Por eso,   " la conversión de energía positrónica", como la denominó, sería una "fuente revolucionaria de energía ", de interés para quiénes emprenden una guerra.

Resulta increíble la cantidad de fuerza explosiva disponible en una pizca de antimateria – una pizca que es incluso demasiado pequeña para ser vista. Por ejemplo: una millonésima parte de un gramo de positrones contiene tanta energía como 37.8 kilogramos de TNT, según la conferencia de marzo de Edwards. Un sencillo cálculo muestra entonces que la   50 millonésima parte de un gramo podría generar una explosión igual a la que provocó Alfred P. Murrah en el Edificio Federal de Oklahoma City, en 1995 (aproximadamente 1.815 Kgrs. de TNT, según el FBI).

A diferencia de las bombas nucleares usuales, las bombas de positrones no expulsarían penacho de residuos radioactivos. Cuando colisionan gran cantidad de positrones y antielectrones, el producto primario obtenido es un invisible aunque extremadamente peligroso estallido de radiación gamma. Así pues, en principio, una bomba de positrones podría ser el primer paso hacia uno de los sueños militares de principios de la Guerra Fría: la denominada superbomba "limpia", capaz de matar un gran número de soldados sin emitir contaminantes radioactivos sobre el país, es decir, sobre el paisaje.  

Una copia del discurso de Edward en la página web del NIAC acentúa esta ventaja de las armas de positrones en brillantes letras rojas: " No dejan residuos nucleares ."

Pero hablar de superbombas "limpias" preocupa a los críticos. Las armas nucleares 'limpias' son mucho más peligrosas que las "sucias" , porque es más probable que sean utiilzadas," decía un e-mail del   historiador científico George Dyson del Instituto de   Estudios Advanzados de Princeton, N.J., autor del "Proyecto Orion," un estudio realizado en el 2002 study sobre un intento en plena Guerra Fría de diseñar una nave espacial nuclear. No obstantel, añade Dyson, las armas antimateria están " muy, muy lejos ."

¿Por qué tan lejos? Una razón es porque hasta el momento presente no hay una manera rápida de producir en masa grandes cantidades de antimateria a partir de los aceleradores de partículas.   Con las técnicas actuales, la etiqueta del precio para la cien billonésima parte de un gramo de antimateria sería de 6 billones de dólares, según un cálculo realizado por científicos del centro de Vuelos Espciales Marshall, de la NASA, y por otro lado, quien desea lanzar naves espaciales propulsadas con antimateria.

Otro problema es el comportamiento terriblemente díscolo de los positrones cada vez que los físicos tratan de acorralarles dentro de un contenedor especial. Dentro de estos contenedores, conocidos como trampas de Penning, unos campos magnéticos evitan que las antipartículas entren en contacto con las paredes de materia del contenedor, por temor a que se aniquilen al contacto. Desgraciadamente, dado que las partículas de igual carga se repelen unas a otras, los positrones se impulsan unos a otros y rápidamente salen disparados de la trampa.

Si los positrones no pueden ser almacenados durante largos períodos, son tan inútiles para los militares como un transporte acorazado de personal sin depósito de gasolina. Es por eso que Edwards está financiando investigaciones de maneras para hacer que los positrones permanezcan más tiempo almacenados.

El hombre clave de Edwards en este esfuerzo es Gerald Smith, former chairman de física y líder del proyecto antimateria de la Universidad Estatal de Pennsylvania. Smith trabaja ahora en una pequeña empresa, Positronics Research LLC, en Santa Fe , N.M. Hasta ahora, la Fuerza Aérea le ha dado a Smith y a sus colegas 3.7 millones de dólares para la investigación de positrones, comentó Smith al The Chronicle en agosto.

Smith busca poder almacenar positrones en una forma casi-estable denominada positronium. Un átomo de positronium (tal como los físicos le han apodado) consiste en un electrón y un antielectrón orbitando uno al otro. Normalmente estas dos partículas colisionarían rápidamente y se autoaniquilarían en una fracción de segundo, pero manipulando los campos eléctricos y magnéticos en su proximidad, Smith espera conseguir que los átomos de positronium duren mucho más tiempo.  

El esfuerzo de almacenamiento de Smith "es el primer intento mundial para almacenar grandes cantidades de átomos positronium en un experimento de laboratorio," remarcó Edwards en su conferencia de marzo."Si tiene éxito, este enfoque abrirá la puerta a almacenar militarmente cantidades significativas de átomos de positronium ."

Los oficiales de la Fuerza Aérea de la Base Eglin inicialmente aceptaron con entusiasmo intentar concertar una entrevista con Edwards. "Todos estamos muy entusiasmados con esta tecnología ," le dijo Rex Swenson portavoz de la Junta Directiva de Municiones de Eglin al The Chronicle a finales de julio. Pero en agosto Swenson se retractó tras haber sido denegado por altos oficiales de la Fuerza Aérea y del Pentágono.    

Contactado por teléfono el pasado setiembre, Edwards rechazó repetidamente ser entrevistado. Sus superiores le dieron " instrucciones estrictas de no conceder ninguna entrevista personalmente ". Lo siento. Este proyecto (de la antimateria) es una especie de nieto mío…

"(Pero) estoy de acuerdo con ellos (de que) todavía no hemos llegado al punto en el que necesitemos estar haciendo entrevistas públicas" .

Douglas Karas portavoz de la Fuerza Aérea en el Pentágono, también declinó hacer comentarios la semana pasada.

Entretanto, la Fuerza Aérea ha estado investigando la posibilidad de utilizar un potente acelerador para generar positrones desarrollado por la Universidad Estatal de Washington en Pullman, Wash. Un objetivo: ver si los positrones generados por el acelerador pueden ser almacenados durante largos períodos dentro de un nuevo tipo de "trampa de antimateria" propuesta por científicos, que incluyen al Físico Kelvin Lynn, de la Estatal de Washington, director del Centro de Investigación de Materiales de la escuela.

Una nueva generación de explosivos militares merece ser desarrollado, y la antimateria debería cumplir el requisito, comentó Lynn al The Chronicle : " Si gastamos otros 10 billones de dólares (utilizando las técnicas químicas ordinarias) vamos a obtener potentes y mejores explosivos, pero las ganancias son incrementales porque estamos aproximándonos a los límites teóricos de la energía química ".

Además, Lynn está entusiasmado con la antimateria porque cree que podría propulsar a los futuros cohetes espaciales.

" Pienso ," comentó, " que necesitamos salir de este planeta porque me temo que vamos a destruirlo ".



websites interesantes :
www.WantToKnow.info – Revela los asuntos encubiertos más importantes, trabajando juntos por un mundo mejor.
www.WantToKnow.info/mindcontrollers   Para saber más sobre la sección de armas no letales.


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